Cultura

La Casa del Olivo se queda vacía

Fue el mundo académico, su hábitat natural, el que despidió ayer en Córdoba al psiquiatra y ensayista Carlos Castilla del Pino. En un acto laico abierto a familiares, amigos y alumnos, el inquilino del sillón Q de la RAE fue recordado por su contribución a la ciencia, la política, la cultura y por su feroz oposición al Franquismo.

el 16 sep 2009 / 02:51 h.

Fue el mundo académico, su hábitat natural, el que despidió ayer en Córdoba al psiquiatra y ensayista Carlos Castilla del Pino. En un acto laico abierto a familiares, amigos y alumnos, el inquilino del sillón Q de la RAE fue recordado por su contribución a la ciencia, la política, la cultura y por su feroz oposición al Franquismo.

La Universidad más gris de la historia de España, un símbolo de libertad que el régimen de Franco tomó como rehén, le volvió la cara una y otra vez a Carlos Castilla del Pino, una de las mentes más lúcidas nacidas al Sur, referencia en casi todos los campos del saber y espíritu indomable. Esa misma universidad, la de Córdoba, que finalmente se rindió a la cátedra del psiquiatra rojo, como se le conoció en los años de la Transición, fue el espacio en el que ayer la comunidad universitaria, académica y política de Andalucía rindió homenaje al intelectual fallecido el viernes.

Carlos Castilla del Pino deja tras de sí una Andalucía empobrecida intelectualmente con su ausencia, y su vida registrada en dos magistrales tomos de memorias Pretérito imperfecto y La casa del olivo, título prestado del nombre de su residencia en Castro del Río (Córdoba), que se ha quedado vacía desde el viernes.

Presidió la ceremonia un telegrama del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, donde calificaba a Castilla como un hombre "patrimonio" de España que "liberó y sanó" la conciencia humana. Durante el funeral civil celebrado en el rectorado de la Universidad de Córdoba, se leyó el telegrama enviado por Zapatero a la familia en el que destacaba el ejemplo de "compromiso y justicia" que ha representado el psiquiatra, que murió a los 86 años víctima de un proceso cancerígeno.

En el telegrama, el presidente del Gobierno subrayó que Castilla del Pino "no renunció jamás a la paz" y se encargó de "reconocer, sanar y liberar" la conciencia humana durante la Transición, por lo que su "saber, rigor y grandeza moral" lo ha convertido en "patrimonio de todos los españoles de bien que no vamos a olvidar".

Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, que también participó en el acto que congregó en Córdoba a más de 400 personas, manifestó que Castilla del Pino era "más que un hijo predilecto" de Andalucía, ya que ha sido "una referencia que ha marcado tantas cosas en tiempos tan difíciles". Además, consideró que "va a sobrevivir a su propia muerte" y que fue un hombre "para todas las situaciones y todas las épocas que le tocó vivir en tiempos muy difíciles que no debemos olvidar y que no significa abrir nuevas heridas". Griñán recordó que el psiquiatra fallecido "luchaba por la libertad y por la igualdad y lo dejó como testimonio escrito con su vida y obra", a la vez que "era un incansable trabajador hasta el final de sus días". Por ello, el presidente de la Junta de Andalucía reconoció que se trata de un hombre "imposible de dejar de recordar" y que no añora "el tiempo pasado, sino el que llegará sin encontrarlo".

Por su parte, el sucesor de Rosa Aguilar en la alcaldía de Córdoba, Andrés Ocaña, mostró el "profundo pesar" de la ciudad por la muerte de "un gran amigo, de un intelectual, ejemplo de compromiso y referente para la cultura y la psiquiatría" en España. Ocaña afirmó que la muerte de Castilla del Pino supone una "irreparable pérdida" y recordó que se trata de una persona cuyo trabajo de investigación y estudio "fue vital para la modernización de la psiquiatría".

Por su parte, el presidente de la Real Academia de la Lengua (RAE), Víctor García de la Concha, también se desplazó ayer hasta Córdoba, donde señaló que cuando Castilla del Pino ingresó en la institución hace más de 5 años demostró que era "tan sabio en humanidades como experto en humanidad". De la Concha resaltó que el psiquiatra "no tenía otro propósito que convertir la vida en biografía edificada por la palabra precisa" que hacía "próxima" y que convertía en "mariposas gracias a su toque".

Asimismo, la presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, reconoció que España debe estar "agradecida" por la "decencia de la vida" de Castilla del Pino que "se dedicó desde sus ideas y su obra a la decencia de este país en tiempos muy complicados".

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