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La confianza de los consumidores sube a niveles previos a la crisis

Los primeros brotes verdes comienzan a aparecer en la economía mundial. Es la percepción compartida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Central Europeo (BCE), que revisaron al alza sus previsiones de crecimiento tras detectar signos de recuperación. Aun así, prima la cautela.

el 16 sep 2009 / 08:08 h.

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Los primeros brotes verdes comienzan a aparecer en la economía mundial. Es la percepción compartida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Central Europeo (BCE), que revisaron al alza sus previsiones de crecimiento tras detectar signos de recuperación. Aun así, prima la cautela.

Ambos organismos internacionales coincidieron en su nuevo análisis de la coyuntura económica mundial. Aunque bajo un halo de prudencia, tanto la OCDE como el BCE han revisado al alza sus pronósticos de crecimiento para las principales economías.

La OCDE ve ahora más signos que a comienzos del verano que apuntan a la recuperación, pero advierte de que ésta será "modesta" durante un tiempo, si bien alerta de que, aunque son menores, "subsisten ciertos riesgos" en el sistema financiero. Es el panorama de la revisión del informe semestral de Perspectivas presentado por su economista jefe, Jörgen Elmeskov, que puso el acento en las "buenas noticias" de los últimos meses y en que "la recuperación parece estar al alcance de la mano", aunque acto seguido matizó que "hay que tener cuidado". "No se puede excluir" una recaída, pero ese escenario "es ahora menos probable", señaló.

Por su parte, el BCE revisó al alza sus previsiones de crecimiento e inflación para 2009 y 2010 pero mantuvo un tono de prudencia respecto a la recuperación económica, por lo que decidió mantener los tipos de interés en el 1% durante algún tiempo. Su presidente, Jean-Claude Trichet, dijo que "los indicadores para el tercer trimestre de 2009 apoyan la idea de que la economía de la Zona Euro se estabiliza más".

Por ello y debido a que el comportamiento de la actividad económica fue en el segundo trimestre mejor de lo esperado, el BCE ha revisado notablemente al alza sus pronósticos. Además, el consejo de gobierno del organismo decidió por unanimidad dejar inalterado por cuarto mes consecutivo el precio del dinero en el 1%, un nivel históricamente bajo, para apoyar el incipiente crecimiento económico.

¿Pero cómo se concreta la evolución de los distintos países? Pues para la OCDE, que sólo revisó los pronósticos para 2009 y referidos a los países del G-7 (las mayores economías del mundo) y a la Zona Euro en su conjunto, la caída del PIB de esta última, que a comienzos del verano se estimaba en un 4,8%, queda limitada al -3,9%, gracias sobre todo a las correcciones de Alemania (-4,8% en lugar del -6,1%), Francia (-2,1% en vez del -3%) y, en menor medida, Italia (-5,2% frente al -5,5%).

También corrigió sus cálculos sobre las economías japonesa (-5,6% en lugar del -6,8%), británica (-4,7% en lugar del -4,3%) y canadiense (-2,5% en lugar del -2,6%), al tiempo que mantuvo los referidos a EEUU (-2,8%).

El economista jefe explicó que esas revisiones en positivo tienen que ver, en gran medida, con las medidas aplicadas por los bancos centrales para bajar los tipos e inyectar liquidez en el circuito financiero, y con la estabilización del comercio mundial en verano.

Por su parte, el BCE prevé ahora una contracción del PIB de la Zona Euro del 4,1% en 2009, frente al 4,6% pronosticado en junio. Además, vaticina un crecimiento en 2010 del 0,2% frente al retroceso del 0,3%.

La entidad monetaria europea también revisó al alza sus proyecciones de inflación, aunque en menor medida que las de crecimiento. El BCE prevé ahora un IPC medio del 0,4% en 2009 y del 1,2% en 2010. En junio, el banco europeo pronosticó una inflación media del 0,3% este año y del 1% para el próximo.

La OCDE, por su parte, no ofreció datos sobre la evolución económica en 2010, por lo que remitió a los proporcionados a finales de junio, ya que "no hay razón para cambiar nuestra visión de la recuperación".

Elmeskov atribuyó las tasas negativas de inflación, o próximas a cero, al desplome del barril de petróleo y de otras materias primas, pero señaló que, al margen de Japón, el riesgo de fenómenos de deflación son muy reducidos.

Admitió, además, que a corto plazo siguen siendo necesarias las políticas de estímulo puestas en marcha por los gobiernos contra la crisis pero, como el nivel de déficit público "no es sostenible" a largo plazo, hay que preparar desde ahora "planes de consolidación fiscal y estrategias de salida creíbles", concluyó.

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