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La crisis agita los primeros cien días

Los primeros cien días del Gobierno surgido de las elecciones han servido para rebajar la tensión con la oposición, aunque la crisis económica ha ensombrecido la nueva etapa de Zapatero. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 08:16 h.

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Los primeros cien días del Gobierno surgido de las elecciones del 9 de marzo han servido para rebajar la tensión con la oposición, aunque la crisis económica ha ensombrecido la nueva etapa de José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa.

La investidura, lograda el 11 de abril en segunda votación y con el único respaldo del PSOE, fue un presagio del pleno del Congreso del pasado 2 de julio, en el que la oposición le exigió en bloque que reconociera la situación económica y actuara. Zapatero no pierde la confianza y pide esperar a ver los efectos de las más de 40 medidas adoptadas por su Gobierno en estos cien días, pero la inflación, el paro, la subida del Euríbor y el desplome de la construcción han situado la economía en el eje de la confrontación política. Aquí Gobierno y oposición sí que no se entienden.

Ayer, precisamente, el vicesecretario general de Política Autonómica del PP y presidente del PP-A, Javier Arenas, acusó durante un mitin en Sanxenxo (Galicia) a los socialistas de engañar a la sociedad al ocultar la crisis y de ser "grandes expertos en convivir con la crisis" y el PP en "solventarla". La respuesta por parte socialista fue inmediata. El presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, afirmó en el congreso del partido en Baleares que el PP solamente sabe reírse de las dificultadas económicas. "No esperemos ninguna colaboración por parte del PP, porque cuanto peor para los españoles, mejor para ellos", sentenció.

La lucha antiterrorista, gracias también a la renovación vivida en el PP, ha salido del debate partidario, y el mayor golpe asestado por ETA en la legislatura -el asesinato del guardia civil Juan Manuel Piñuel al explotar una furgoneta bomba junto al cuartel de Legutiano (Álava)- no hizo sino reforzar el consenso. No obstante, en los últimos días la unidad en materia antiterrorista ha brillado por su ausencia. De nuevo, el 11-M ha enfrentado a los dos principales partidos políticos del país. Para el PP la sentencia del Tribunal Supremo sobre los atentados del 11 de marzo de 2004 no aclara la autoría intelectual de los mismos; mientras desde el PSOE piden a los populares que dejen de intoxicar con este asunto y que acatan las sentencias judiciales.

El segundo punto de encuentro, la decisión del Gobierno y del PP de recurrir de inmediato ante el Tribunal Constitucional la ley promovida por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para convocar una consulta popular en el País Vasco el próximo 25 de octubre.

Ambos partidos han dado pasos también para lograr la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Zapatero confía en que la reunión que mantendrá el miércoles con Mariano Rajoy en La Moncloa levante el bloqueo que impide el normal funcionamiento de las dos instituciones, y espera avanzar igualmente en la reforma del modelo de financiación autonómica.

En su Gobierno, por primera vez en la historia con más mujeres que hombres, la crisis ha llevado al vicepresidente económico, Pedro Solbes, a acaparar los focos que antes rodeaban a la vicepresidenta política, María Teresa Fernández de la Vega, pero tampoco ha pasado desapercibida la titular de Igualdad, Bibiana Aido.

De los proyectos de futuro se ha encargado el PSOE. El 37 Congreso Federal del partido, que situó a Leire Pajín como número tres de los socialistas, abrió la puerta a una futura ley de plazos para el aborto y a una reforma que permita el voto de los inmigrantes en las elecciones municipales.

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