La cantidad de gases contaminantes, fundamentalmente CO2, que emiten a la atmósfera las industrias en sus procesos productivos arroja en sí misma más información que la eficiencia energética y la conciencia medioambiental de las empresas, que también, pero más allá es un reflejo fiel de la actividad que han mantenido a lo largo del año.
La industria andaluza protagonizó en 2010 un importante descenso de las emisiones, del 8,2%, hasta contabilizar 23,5 millones de toneladas, en sintonía con lo ocurrido en el resto de España, una disminución que responde, sobre todo, a la situación de atonía económica, que no termina de repuntar, pese a ligeros aumentos en sectores concretos. Y es que es el tercer año consecutivo que se aminora la cantidad de CO2 vertida a la atmósfera. En 2009 retrocedió un 6% y en 2008 -primer ejercicio en crisis- descendió un 18,6%.
Las industrias que emiten contaminantes por su naturaleza y que, por tanto, están sujetas al comercio de derechos de emisión tienen que dar cuenta cada año al detalle de los gases emitidos y de los derechos otorgados. Y el primer síntoma de que muchas de las grandes industrias están aún al ralentí se observa al comprobar cómo prácticamente la inmensa mayoría no ha cubierto los cupos de emisiones de los que dispone.
El número de instalaciones industriales sometidas a este registro nacional y que hicieron uso de esos derechos se mantuvo estable en Andalucía -con 157- en el último ejercicio, si bien la comunidad sufrió el cierre, consecuencia de la crisis, de grandes industrias como el caso de la azucarera de La Rinconada (perteneciente a Ebro), la cementera de Holcim en Torredonjimeno (Jaén) y la fábrica de vidrio de Saint Gobain Vicasa de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Fueron los cerrojazos más sonados del año, pero también los hubo en pequeñas empresas. Unos cierres que fueron compensados -en número, que no en empleo- por la puesta en servicio de nuevas instalaciones, entre las que destacó la central de ciclo combinado de Gas Natural Fenosa en Málaga, así como las plantas solares térmicas Solnova 1, 3 y 4 de Sanlúcar La Mayor.
Precisamente, el sector de la generación de energía eléctrica es el que continúa liderando el mayor volumen de emisiones contaminantes en la comunidad andaluza -al acaparar más de la mitad del dióxido de carbono emitido, el 53%-, actividad que emitió el año pasado 12,46 millones de toneladas de CO2, una cifra un 15,45% inferior a la registrada el año anterior.
Dispares fueron los comportamientos de las diez centrales eléctricas de la región, con un descenso de contaminación entre las que más emisiones generan, las de carbón, mientras que los ciclos combinados aumentaron la cantidad de derechos de emisión empleados, síntoma de una mejora de actividad. Sólo la central de Iberdrola en Arcos (Cádiz) redujo en un 48% los gases emitidos, si bien es cierto que su actividad estuvo lejos de su capacidad de generación eléctrica.
La instalación industrial más contaminante de Andalucía siguió siendo la planta de carbón que Endesa tiene en Carboneras (Almería), con 3,83 millones de toneladas de CO2, aunque logró recortar sus emisiones en una cuarta parte respecto al ejercicio precedente, según los datos que las empresas remiten al Ministerio de Medio Ambiente.
Junto a la generación eléctrica, se supervisan 82 instalaciones industriales (que incluyen la fabricación de tejas y ladrillos, con 55; siete cementeras, seis empresas de pasta y papel, cinco de cal, cuatro de refino de petróleo, así como dos siderúrgicas, dos plantas de vidrio y una de azulejos y baldosas) y que concentraron el 36% del CO2 emitido. Cemento (3,58 millones de toneladas) y refino (3,34 millones de toneladas), las que más emitieron, alejadas de las 609.112 de las papeleras y las 426.863 de las productoras de cal. Las industrias de tejas y ladrillos, las más numerosas, sumaron en conjunto 231.616 toneladas emitidas.
Completan el listado de quienes tienen que rendir cuentas las que se enmarcan en el sector de combustión, que incluye las emisiones de muchos tipos de industrias en sus procesos de fabricación como las plantas de Heineken, Fertiberia, Herba, Puleva Food, Santana Motor, Tioxide o Covap, entre otras, hasta sumar un total de sesenta, y que fueron responsables del 10,3% de las emisiones contaminantes.
