Antonio Fernández junto al equipo del Estudio Tannhauser.
Hay en el Archivo de Indias una puerta bidimensional a un mundo antiguo, el del descubrimiento del Pacífico. Se trata de una espectacular exposición que invita al visitante a perderse en una aventura tan desconocida como fascinante. La tenue ambientación, la música y la valía histórica de lo expuesto allí hacen el resto. Su responsable, AntonioFernández, lo es también de Tannhauser Estudio, una productora hispalense especialista en contar historias y conseguir apoyos para que estas puedan ser contadas.
¿La muestra Pacífico es el mayor hito de su carrera? Hasta la fecha sí. Ha sido un salto al exterior espectacular. Está en Sevilla, pero también podrá verse en Manila y Taiwán, además de otras ciudades de Asia y América. La del descubrimiento del Pacífico era una historia que queríamos contar hace ya mucho tiempo y el Archivo de Indias, tras algunas colaboraciones previas, nos brindó la oportunidad. Había otras propuestas similares, pero seleccionaron la nuestra. ¿El resultado? 160 piezas de enorme valor y la reconstrucción de un relato histórico de un peso formidable.
¿Qué es lo más brillante de ella? Entiendo que lo más brillante es pasear por ella. Hemos logrado que el espectador navegue por las galerías del Archivo y se sienta parte del relato, que viva la aventura. No creo que ningún visitante se vaya de Pacífico sin haber sentido muchas cosas. Eso es nuestro valor diferencial, no hacer una exposición al uso, conferir un punto de espectacularidad al modo de contar las historias. Ha sido un trabajo intenso de dos años, todo un derroche de talento con pocos recursos.
¿Cómo explicar entonces qué hacen en Tannhauser Estudio? Cuando los amigos me preguntan a qué nos dedicamos aquí yo les digo que somos buenos contadores de historias. Nuestra especialidad es crear proyectos expositivos que luego, claro, hay que vender. Trabajamos por encargo pero nos entusiasma la producción propia. Como historiador la parte creativa de todo esto es lo que más me entusiasma, presentar según qué relato de una u otra manera. Pensamos que el mundo de las exposiciones necesita, en algunos casos, nuevas visiones, maneras distintas de hacerlas más atractivas al público.
¿Cuándo decidió dedicarse a esta rama de la producción? Tuve la oportunidad de hacer un viaje con la Nao Victoria que duró dos años. Fue una vuelta al mundo completa. Cuando se estaba acabando decidí que quería hacer algo con aquella vivencia. Entonces surgió la muestra Descubriendo a los descubridores, que pudo verse en el Real Alcázar en el año 2006. Fue un éxito tan grande que, de él, surgieron otros encargos. Y con ellos, el estudio.
¿Cómo ha afectado la crisis a un sector tan sensible como el suyo? Empezamos en 2006, en 2008 notamos un despegue muy potente y, de pronto, la debacle. En 2009 fue como partir de cero, tuvimos que reiventarnos, repensarlo todo e intentar sobrevivir.
¿Percibe una mejoría en el momento actual? No noto ningún brote verde, si se refiere a eso. Lo que sí advierto es que la mentalidad está cambiando. En Madrid y en otras partes de España, no tanto en Andalucía, hay un cierto optimismo. Los que nos dedicamos al sector cultural hemos ido aprendiendo de la situación y ahora sabemos que la época de bonanza de la cultura fue un espejismo. Ahora se crean proyectos económicamente más sostenibles. Podríamos decir que la crisis ha dado una lección de austeridad a la cultura.
Trabajan en un proyecto muy importante para Sevilla... Así es. Estamos en negociaciones para renovar un museo oculto, una joya que lleva años cerrada. No podemos dar más datos por ahora, confiamos en que vea la luz en 2014. También trabajamos en una nueva producción propia, una instalación artística que desvelaremos pronto y que podrá verse en la ciudad.
Plantear exposiciones es tener que vérselas con politicos y responsables de Cultura. ¿Trabajan mejor con la izquierda o con la derecha? No podríamos diferenciar, hemos colaborado con responsables de los principales partidos políticos. Y hemos sacado la conclusión de que las siglas no determinan la valía de la persona; sí su capacitación profesional.En todo caso este trabajo tiene una parte importante de despachos. Una parte más intensa de lo que nos gustaría. Pero hay que salir y convencer de que la idea que planteamos es maravillosa. Lo peor son las esperas, siempre tan inquietantes... hay que luchar mucho para conseguir lo que quieres, algo como Pacífico, por ejemplo.
