Andalucía mantuvo el año pasado su paso, lento pero continuado, en el proceso de acercamiento a Europa, ese camino hacia la convergencia que la crisis global -de la que no ha podido escapar nadie- ha ralentizado pero no ha logrado frenar.
Lo explica el hecho de que la comunidad andaluza tuvo un comportamiento más favorable -dentro del contexto de recesión generalizada de la economía- en 2009, ejercicio en el que sufrió un retroceso real del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5%, una contracción menor que la registrada en España (-3,6%), así como en el conjunto de la Europa de los Quince (-4,3%) y de los Veintisiete (-4,2%).
De hecho, el indicador que se utiliza para medir el avance de la convergencia real con Europa es el PIB nominal per capita, que permite comparar, en términos homogéneos, el poder de compra respecto a otras regiones o países. Un índice que en Andalucía retrocedió un 5,4% en 2009, mientras que se contrajo un 6,1% en la UE-15 y un 5,9% en el grupo de los Veintisiete.
De esta manera, la comunidad andaluza logró avanzar 0,7 puntos porcentuales respecto a los Quince y 0,5 ante la UE-27, según el Informe Económico de Andalucía 2009, que elabora la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.
Dentro de las variables que se miden para analizar el recorte de distancias con Europa -tasa de empleo, productividad y paridad del poder de compra- fue el mercado laboral el que mostró el comportamiento más negativo, si bien en un contexto en el que la mayoría de países industrializados también reflejó pérdidas en el nivel de ocupación.
Así, la tasa de empleo -que resulta de dividir el número de ocupados entre la población- se situó en Andalucía en el 35,7% en 2009, con un descenso de 3,1 puntos, mientras que en la UE la caída fue de un punto. Por contra, la productividad mostró el mayor avance, ya que en la región creció el 2,8%, frente a los retrocesos del 3,9% registrados en la UE-15 y UE-27.
Pero el informe remarca la evolución desde una perspectiva temporal más amplia, de los 23 años de la integración de España en la UE, que revela un notable avance en convergencia real y nominal, con aumentos de población, empleo y PIB más intensos que en el conjunto de la UE, que ha permitido a la región recortar 16,3 puntos.
También se produjo un acercamiento a los niveles de riqueza de la UE-27, que entre 1995 y 2007 avanzó 12,8 puntos, al pasar del 68,4% del PIB per capita en 1995 al 81,2% en 2007.
