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La crisis rompe la caída de las matriculaciones universitarias

Por tercer curso consecutivo, la Hispalense registra una subida del 2%.

el 09 nov 2010 / 20:23 h.

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El rector compareció ayer ante el Claustro, celebrado en Económicas.

No todo van a ser malas noticias con la crisis. La Universidad de Sevilla -en una tendencia contrastada en todo el país- recibe a más estudiantes desde que estalló la crisis económica hace ahora tres cursos. Aunque los datos no están cerrados del todo, el número de matriculaciones en los primeros y segundos ciclos, así como en los nuevos grados, ha subido un 2%. Un porcentaje, por cierto, casi idéntico al registrado en los dos últimos cursos, resaltaron fuentes del Vicerrectorado de Estudiantes tras dar el rector Joaquín Luque el primer balance de matriculaciones en el Claustro.

En el caso de los másteres, sin embargo, el crecimiento se ha moderado respecto al curso anterior. La cifra de matriculados en esta oferta académica roza el 1,9%. El motivo hay que buscarlo, según Estudiantes, en que el curso pasado fue el primero en el que se ofreció el máster de formación del profesorado (antiguo CAP) y, además, había oposiciones en el horizonte más próximo.

máster de profesores. Y sobre el máster de profesorado, la Universidad tuvo también que explicar cuáles son las gestiones que está haciendo de cara a dar una solución a los más de 200 aspirantes que se han quedado fuera por no superar la prueba de idiomas, requisito indispensable para cursar el máster. "Hemos pedido a la Junta que se autorice el acceso condicionado de estas personas a que al final de la titulación demuestren ese nivel de idiomas", subrayó el vicerrector de Ordenación Académica, Miguel Ángel Castro.

Lo que la Universidad no va a hacer es "bajar el nivel", aclaró Castro. Es decir, no va a echar marcha atrás y eliminar el requisito de demostrar el conocimiento de una segunda lengua (equivalente al certificado B1, homologado en Europa).


Aplauso al campus de excelencia

Los claustros están para que los miembros de la comunidad universitaria se quejen o expongan aquello en lo que creen que se debe mejorar. Pero la sesión de ayer fue atípica en este sentido. La consecución del sello de campus de excelencia internacional con el proyecto Andalucía Tech, coordinado por Sevilla con la agregación de Málaga, concitó el aplauso de los claustrales. Esta certificación es un "acicate" para la Universidad, según uno de los representantes del profesorado. Un acicate y una "buena estrategia", a juicio del profesor Gabriel Cano, que llamó la atención sobre el hecho de que Cataluña, País Vasco y Madrid -el "triángulo de la riqueza"- acaparen los sellos de campus de excelencia en las dos convocatorias que hasta ahora se han realizado. Sí hubo una crítica, y ésta se centró en el nombre del proyecto liderado por Sevilla y Málaga, Andalucía Tech. "¿Qué peso tienen las Humanidades en este plan?", preguntó. "Pues el mismo que las Humanidades en la Universidad de Sevilla, mucho. Éste es un proyecto de toda, insisto, toda la comunidad universitaria", recalcó el rector Joaquín Luque, licenciado en ingeniería y en filosofía. El profesor Cano llamó la atención sobre lo ambicioso de las actuaciones previstas y confió en que haya dinero para ejecutarlas. En este punto, el rector apuntó que el proyecto ya ha recibido algo más de 14 millones de euros. De aquí a 2015, Andalucía Tech requerirá un presupuesto cercano a los 143 millones de euros.

Al estudiante, los exámenes; al profesor, el espacio

Las normas de exámenes y evaluaciones, en el caso de los estudiantes, y las peleas de los profesores por el espacio o reparto de horas de clase en un departamento, son las quejas más frecuentes que recibió el Defensor Universitario el pasado curso académico. El responsable de esta oficina que ahora cumple su tercer año, Ignacio Ugalde, dio cuenta ayer al Claustro del trabajo desarrollado.

En la Defensoría se tramitaron 432 expedientes, un 27% más que en el curso anterior. El 73% de las reclamaciones fueron del sector del alumnado, que además de quejarse de las normativas de exámenes, pidió explicaciones sobre la gestión de las matrículas y la calidad de la docencia.

Ugalde puso dos asuntos como ejemplo de "lo que no hay que volver a hacer": la gestión del máster de profesorado (antiguo CAP) -que motivó incluso un informe especial de la Oficina con 14 recomendaciones de mejora- y la no adaptación de las calificaciones a lo que fija el Espacio Europeo de Educación Superior -"que ha supuesto una merma de los derechos de los alumnos", subrayó el defensor-.
Sobre el primero de los temas, alabó la tarea que está realizando "casi en solitario" el Rectorado de la Hispalense, "estudiando incluso bordear la norma para encontrar una solución" al tapón que ha generado la necesidad de acreditar de manera oficial un segundo idioma.

Ugalde hizo, por último, una defensa de la cordialidad como ingrediente fundamental del día a día de la Universidad. "La primera sugerencia está dirigida a la toma de conciencia sobre la necesidad de cordialidad en la vida universitaria, ya que sin afecto, sin sinceridad y sin respeto la cordialidad es muy costosa", sentencia en su informe.

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