Un estudiante de la Pablo de Olavide merecedor de una beca del importe máximo (6.000 euros) ha visto reducida su ayuda en hasta un 50 por ciento en un solo curso. Este es el dato ofrecido por el rector de la universidad sevillana, Vicente Guzmán, en el transcurso del tradicional acto de apertura de curso en el Paraninfo. Aunque se han concedido un dos por ciento más de becas, "la cuantía de las mismas ha tenido una reducción drástica propiciada por el complejo sistema de cálculo introducido" por el Ministerio de Educación, se ha lamentado.
Guzmán ha llamado la atención sobre el "momento crítico" al que se enfrenta el sistema universitario español. Y no sólo en lo referente a la voladura del modelo de becas, sino por las medidas legislativas puestas en marcha y las nuevas ya anunciadas que supondrían seguir profundizando en el proceso de "descapitalización económica, material, humana, científica e investigadora".
El Gobierno de España acaba de anunciar su intención de elevar la tasa de reposición en ámbitos como la educación y la sanidad al 50 por ciento. Desde hace más de dos años, esa tasa de reposición está fijada en un 10 por ciento, lo que significa en el caso de la universidad que por cada diez profesores jubilados sólo se cubre la plaza de uno de ellos. Esta medida que el Gobierno impuso para contener el gasto público supone en el caso de la Olavide (una universidad pequeña y joven y, por tanto, como muy pocos profesores en edad de jubilarse) que solo se puede incorporar o promocionar a un profesor por año. Si la bolsa de docentes que tienen la acreditación del Gobierno para seguir escalando puestos en la carrera docente suman 60, la regla de tres es demoledora: "Tardaremos más de 60 años en incorporar o promocionar a todos los profesores que tenemos, y no creo que sea necesario añadir nada más", ha apostillado el rector. Con esta argumentación, Vicente Guzmán se suma a su homólogo en la Universidad de Sevilla y reclama la eliminación de la tasa de reposición, así como el permiso para que las universidades puedan desplegar una "política de personal ajustada" a sus necesidades dentro de los "límites presupuestarios".
Si grave es el efecto de la tasa de reposición en el sistema, más aún puede serlo en el caso de que se termine imponiendo la última propuesta de Wert: la eliminación de la estructura actual de los grados (cuatro años más uno de postgrado) por una más flexible de tres grados más dos de postgrado que quedaría al albur de cada universidad. El rector de la Pablo de Olavide ha denunciado que "nada de esto es satisfactorio ni en la forma ni en el fondo de las medidas, que implican un nuevo cambio de las reglas del juego en medio del partido". "Para conseguir una dudosa convergencia con Europa vamos a conseguir una certera falta de convergencia entre universidades españolas. Y esto sin hablar de las consecuencias en materia de financiación, tasas académicas, plantillas de profesorado, PAS...", ha avisado. Antes de abordar ningún cambio, Vicente Guzmán ha exigido "diálogo, tiempo y reflexión conjunta" a todas las partes implicadas, pero especialmente al Gobierno de la Nación.
En el acto de apertura de curso, ha estado presente el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, al que el rector de la Olavide le ha recordado que hay "cuestiones y problemas pendientes sin resolver o con soluciones mejorables". Uno de esos problemas pendientes y eternos en el caso de la Olavide tiene que ver con el modelo de financiación. La Olavide está frontalmente en contra del actual esquema de reparto de fondos (que se prorroga este año por tercera) y por eso su rector ha insistido en la necesidad de que se diseñe uno nuevo en el que la distribución de los fondos sea "menos lineal, menos aferrada al peso de cada universidad y que tenga más componentes ligados al cumplimiento de objetivos, a la innovación y a la competitividad".
Pero pese a que el panorama sigue sin pintar bien en las universidades españolas, el rector de la Olavide ha solicitado a su comunidad universitaria que afronte el nuevo curso con optimismo porque "es nuestro trabajo comprometido desde lo público" lo que debe llenar de esperanza "a los que se han quedado sin horizonte, a los que poco a poco se les está quitando la dignidad de un trabajo, de una vivienda o de una comida".
