Cultura

La cultura patas arriba

el 08 ago 2010 / 19:36 h.

El consejero Paulino Plata.
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Han pasado cuatro meses desde que la Consejería de Cultura cambió de rostro. Rosa Torres, política antequerana que relevó en 2004 a Carmen Calvo, fue nombrada presidenta del PSOE-A, dejando su cartera en manos de Paulino Plata, también proveniente del socialismo malagueño, ex alcalde de Antequera y ex consejero de Turismo -entre otras cosas-.

A pesar de que muchos aventuraban una línea de continuidad en la consejería -teniendo en cuenta que restan escasos dos años para las próximas elecciones y que Torres había dejado más que atada la hoja de ruta de la Cultura a través del PECA (Plan Estratégico de la Cultura)-, el nuevo titular de las políticas culturales de la Junta de Andalucía ha preferido romper con el pasado y lanzarse a redefinirlo prácticamente todo.

 

Bien es cierto que la crisis económica y la impuesta reducción del gasto público se ha cruzado en el camino de este consejero. Aunque igual de cierto es que algunas de las argumentaciones dadas por la Junta para justificar sus recortes difícilmente se sostienen.

 

De momento, las principales damnificadas por la política de recortes del consejero han sido Sevilla y_Almería. En ésta última, la Consejería de Cultura ha echado el cierre al Centro de Interpretación Puerta de Almería, único espacio en el que se exhibían los vestigios de la civilización romana en la capital.

 

El motivo es fundamentalmente económico y la medida se enmarca en una serie de restricciones para garantizar la continuidad del Conjunto Monumental de La Alcazaba. "Estamos realizando un gran esfuerzo por mantener el principal monumento almeriense, que recibe 160.000 visitas al año", señaló recientemente la delegada provincial, Yolanda Callejón, quien reconoció que tomar la decisión ha sido "una medida dura, pero necesaria" y advirtió de que será "temporal".

 

Menos temporal ha sido el cierre del Espacio Iniciarte de Sevilla, en la Iglesia de Santa Lucía, que ha generado numerosas críticas entre diversos artistas de la ciudad. Ahora se convertirá en el almacén de la Agencia del Flamenco.

Tampoco el proyecto de Casa de Murillo, presupuestado en un millón de euros, verá la luz._Este histórico edificio, que debía convertirse en un centro de interpretación del pintor sevillano gracias a una potente apuesta por las nuevas tecnologías, y que incluso contaba con un director, se transformará en sede de las oficinas de la Agencia del Flamenco.

 

Y es que Plata ha convertido el arte jondo en la punta de lanza de su política. Lograr que la Unesco declare el flamenco Patrimonio de la Humanidad es uno de sus mayores propósitos. Este loable objetivo -en el que ya fracasó la Junta la pasada legislatura- ha dejado en un segundo plano, a los ojos de las administraciones, la enorme crisis que vive el sector. De hecho, muchos certámenes estivales de la comunidad se han visto obligados a recortar sus carteles e, incluso, a posponer sus fechas, debido a la asfixia financiera por la que atraviesan los ayuntamientos. Además, los empresarios llevan un año avisando de que la situación por la que atraviesan es insostenible y quejándose del mal funcionamiento de las ayudas públicas.

 

También en este punto se ha producido una importante revisión en Cultura. Las subvenciones a editoriales se han eliminado y la consejería pretende seguir este camino en otras materias como el teatro o la música. Y es que, ante la falta de capital público, estos incentivos serán recortados y sustituidos por préstamos reintegrables, según avanzó el consejero.

 

Pero no sólo es la Junta la que ha generado dudas sobre el futuro de muchos proyectos culturales. El Ayuntamiento y sus problemas económicos han dejado en suspenso la recuperación de la segunda fase del Convento de Santa Clara, así como el futuro de la Sinfónica, cuyo presupuesto se ha visto seriamente mermado.

 

Así las cosas, tanto Paulino Plata como el_Consistorio y el Ministerio deberán empezar a despejar las grandes dudas que planean sobre la gestión cultural, especialmente la sevillana. Pero eso será en septiembre, porque la crisis es capaz de frenarlo todo, salvo el parón de las administraciones durante el mes de agosto.

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