Las facultades de Comunicación deberían rifarse poder contar en sus clases con Rosa Llacer (Sevilla, 1973). Esta periodista, hasta hace unos meses directora de comunicación en la Junta de Andalucía, es el mejor ejemplo que pueden tener los futuros profesionales de por dónde irán los tiros. El mercado está difícil, pero Rosa lo deja claro en su perfil de Linkedin: No me asustan los conflictos ni las crisis, en las que me he curtido durante años en mis distintas responsabilidades. Por eso, ha montado su propio proyecto empresarial, Descubre Comunicación (www.descubrecomunicacion.com), consultoría en comunicación y márketing especializada en el mundo rural. Loca, valiente, emprendedora... ¿cuál de estos adjetivos ha escuchado más desde que montó Descubre Comunicación? Entre loca y valiente andan. Pero no hay ninguna de las dos cosas. Decidí dejar un trabajo digno, porque después de hacer un análisis, vi lo que iba a suceder: me iba a quedar sin empleo. Un punto valiente sí que hay, porque ya no cobro los días 28 de cada mes. Pero cuando te sientes con capacidad, es el momento de dar el paso.
¿Es el emprendimiento la salida para los miles de periodistas que no encuentran empleo? No necesariamente tiene todo el mundo que ser emprendedor. Hay gente que quiere una nómina y eso es muy digno. Detrás de muchos emprendedores lo que hay es precarización del trabajo, y este paso tiene que ser fruto de una decisión personal. Sí es cierto que el periodismo ha cambiado y, cuanto antes cambiemos el modelo, mejor. Internet está hecho para los periodistas. Lo que más se valora son los contenidos. Así que hay que dejar de lado las nostalgias.
¿Es la nostalgia el peor enemigo de la profesión? A los periodistas, por una extraña razón, nos encanta nuestro trabajo. ¡Claro que echo de menos los dedos manchados de tinta que vi por primera vez en la redacción de ABC! Cuando vimos el primer periódico digital nos asustamos. Pero, si ese es el modelo, tendremos que saber hacer periodismo de otra manera. Que la nostalgia no nos impida ir hacia adelante.
¿Es cierto que ya es fácil ser emprendedor en España? Desde el punto de vista económico, hay dos cosas que te determinan: de cobrar puntualmente, pasas a no saber cuándo lo harás, lo que cambia la organización de tu vida; y los gastos fijos. Antes de la nueva ley de emprendedores se pagaban 250 euros al mes de autónomo, ahora son 50. Esto cambia mucho los números. Antes había pocas razones para abandonar el paro. El problema no es que tengas ayudas sino cómo te mueves en un mundo completamente nuevo para ti.
Su empresa está especializada en planes de comunicación para empresas rurales. ¿Están dispuestas a dar el paso de comunicar lo que hacen y lo que son? Hay de todo un poco. Están las empresas que identifican la comunicación con publicidad y las que creen que la comunicación es salir en los periódicos. Las empresas no terminan de entender la potencia del nuevo mercado. Lo que necesitan es una estrategia global de relación con sus clientes antes, durante y después de la compra. Hay que orientar los objetivos empresariales a las herramientas de las que disponemos. Los medios de comunicación tradicionales son prescindibles para difundir los mensajes. Hay que dialogar más que vender. Y ahí, a su vez, tienen futuro los periodistas, porque son los que pueden hacer contenidos.
¿A qué obedece el miedo de las empresas a entrar en el 2.0? La comunicación es un riesgo. Las empresas tienen que asumir los riesgos de esa exposición pública. Pero el miedo, aunque es comprensible, no te lleva a ningún lado. Quieras o no, están hablando de tu empresa. El miedo a comunicar, por tanto, es irrelevante. Hay que tener una estrategia de comunicación con la que empezar a gestionar las nuevas herramientas para que te ayuden. De no hacerlo sí que pierdes el control de tu empresa.
Usted ha trabajado como asesora de políticos, ¿cree que su presencia en las redes obedece a un convencimiento o a una obligación? No se trata en su caso tanto de miedos como de que no están acostumbrados a los nuevos medios. Están habituados a campañas puerta a puerta, a medios tradicionales en los que ha valido el mensaje. Pero ese mismo mensaje no lo compran en los social media. Retuitear la rueda de prensa que has dado hace diez minutos no vale. Es contraproducente. Los políticos no se sienten cómodos en este nuevo entorno. Ya ni hablamos del open government. Se han hecho planteamientos que, siendo muy generosos, podríamos decir que han sido todos fallidos. Y si conseguimos que los ciudadanos sean copartícipes, esto tiene muchas posibilidades.
¿Veremos el open government? Sí, sí, y cosas peores. Los partidos políticos, los sindicatos, tienen mala imagen, en parte, porque no comunican con los nuevos medios. Y de ellos saldrán nuevos liderazgos.
En las redes hay una verdadera preocupación por tener la mayor cantidad de seguidores posibles. Pues es una tontería. Lo importante es la calidad de tus seguidores y el contenido que ofreces. El número no es trascendente.
¿Hay una burbuja 2.0 como la hubo en su momento con las puntocom? Hay de todo: gente que sabe muchísimo y gente que no sabe nada. El mercado decantará. Pincharon las puntocom que buscaron dar un pelotazo, pero internet sigue ahí. En lo social media pasará lo mismo.
