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La familia del ingeniero sevillano desaparecido espera 'un milagro' para hallarlo con vida

"Sólo esperamos que se produzca un milagro". Con la voz completamente rota, Iván Casero, portavoz de la familia y primo hermano de Andrés Suárez Montes, el sevillano que viajaba en el avión desaparecido en el océano Atlántico, mantenía ese halo de esperanza de encontrarlo con vida, pese a que ni las autoridades francesas daban pie al optimismo.

el 16 sep 2009 / 03:40 h.

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"Sólo esperamos que se produzca un milagro". Con la voz completamente rota, Iván Casero, portavoz de la familia y primo hermano de Andrés Suárez Montes, el sevillano que viajaba en el avión desaparecido en el océano Atlántico, mantenía ese halo de esperanza de encontrarlo con vida, pese a que ni las autoridades francesas daban pie al optimismo con sus declaraciones.

Pero, pese a ello, confiaban en que el dispositivo desplegado en el lugar pudiera encontrar a Andrés, un ingeniero industrial de 38 años natural de Marchena, que subió a ese avión Air France, para ir a París, donde había fijado su lugar de residencia después de haber contraído matrimonio hace tan sólo un año.

El joven trabaja para la empresa Schlumberger, una multinacional dedicada a la innovación tecnológica en el negocio de exploración y producción de petróleo y gas. El trabajo que desempeñó en los últimos años en esta firma se había desarrollado en América Latina y, muy especialmente, en Brasil, donde se había hecho con un nombre de prestigio. Tras un tiempo allí, la propia multinacional tomó la determinación de buscarle un cargo en Francia.

Aunque Andrés llevaba muchos años sin residir en Marchena, su familia sí que "es muy conocida en el pueblo", tal y como comentó ayer el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, Jorge Juan Vega. Al igual que hizo en su día Andrés, la mayoría de sus familiares ya no están viviendo en Marchena, a excepción de unos tíos o primos. Hasta su madre, Ana Montes, se mudó a un piso en la barriada sevillana de Bami, lugar en el que se concentraron todos los familiares una vez se enteraron del trágico acontecimiento a media tarde de ayer. Hasta fueron los lazos de sangre residentes en Marchena, que no dudaron ni un segundo en coger el coche y dirigirse a la capital hispalense para arropar a la madre del joven desaparecido.

Mientras la práctica totalidad de la familia estaba en Sevilla, los vecinos de su tierra natal se empezaban a enterar de la trágica noticia por el boca a boca o bien por la presencia de las numerosas cámaras de televisión que intentaron sin éxito captar la imagen de la alguno de los familiares de la localidad.

Sin embargo, los marcheneros iban tomando conciencia de la gravedad de los hechos más movidos por la curiosidad que por la conmoción del hecho en sí. Tal vez la razón estriba en que muchos de ellos sabían de Andrés de oídas o de cuando era un pequeño. Muy pocos en la ciudad lo conocían a fondo. De hecho, de los que podían recordar algo de su persona se limitaban a decir que fue "un coquito" en sus tiempos de estudiante y que ese esfuerzo y ese trabajo le valió para encontrar un buen empleo "al otro lado del charco". Así lo comentaba en corrillo un grupo de vecinas de la calle Sevilla, que se acababan de enterar de lo sucedido y que se iban a casa de Pastori, uno de los innumerables familiares de este sevillano.

Ante la magnitud de los hechos, el alcalde de Marchena, Juan Rodríguez Aguilera (PA), manifestó ayer que se ponía a "total disposición" de la familia del joven desaparecido para "toda la ayuda que se le pueda prestar" ante estos momentos "de tanta incertidumbre".

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