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La fe no desaparece, se transforma

Las comunidades religiosas no católicas se duplican en dos años hasta superar las 1.300 en Andalucía. El 65% son evangelistas, las más numerosas seguidas de los Testigos de Jehová (21%) y las musulmanas (9%).

el 30 jun 2010 / 20:30 h.

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Hace apenas 30 años, en lo que a religión se refiere, la población española se dividía en dos:aconfesional o católico). Hoy, las opciones son muchas más. Un 6% de la población practica una religión no católica. Del resto, que se confiesan católicos en su mayoría, sólo el 27% son practicantes. La progresiva secularización de la población ha sido en realidad una "descatolización" que ha ido unida al despliegue de un pluralismo religioso que en Andalucía se refleja en más de 1.300 comunidades no católicas.

 

Conscientes de ese nuevo escenario, el Ministerio de Justicia ha encargado a investigadores de cada comunidad autonóma una radiografía de su realidad religiosa para obtener un "mapa del pluralismo religioso en España para que, al hacer política, conozcamos quiénes son y cómo viven", subrayó el director de relaciones con las Confesiones del Ministerio, José María Contreras. En Andalucía, esa radiografía ha sido realizada por un equipo de antropólogos de la Universidad de Granada, liderado por Rafael Briones, en colaboración con el Centro de Estudios Andaluces .

¿Y tú (de) quién eres? es la publicación resultante de esa investigación en la que, durante dos años, los antropólogos han localizado y contactado con 1.124 comunidades religiosas no católicas, la mayoría (el 65%) evangelistas que, seguido de los Testigos de Jehová (21%) y los musulmanes (9%) son las más extendidas. Las migraciones han tenido su influencia pero "no hay una correlación directa". Entre los protestantes y musulmanes hay un amplio colectivo de conversos cuyo origen está en el mayo del 68.

En todas las provincias son amplia mayoría los evangelistas, si bien en Huelva los Testigos de Jehová son casi igual de numerosos (41 y 33% respectivamente). Los cristianos ortodoxos, que apenas son el 1%, se concentran sobre todo en Córdoba, donde menos musulmanes hay es en Málaga y sólo en Granada superan a los Testigos de Jehová (en Almería ambos colectivos están equilibrados). Briones destaca que los budistas (2%) "no tienen importancia en Andalucía por su cantidad numérica pero sí por el impacto de pequeños grupos concentrados en Sevilla, Málaga y Granada". Sus seguidores son "clase media, con formación, que buscan un sentido a la existencia y muchos compatibilizan la pertenencia al catolicismo con la búsqueda de una nueva espiritualidad".

El antropólogo destaca como rasgos comunes a las comunidades de las confesiones minoritarias su "bajo nivel de institucionalización y formalización" incluso para registrarse, si bien esta tendencia va cambiando (en los últimos dos años se han duplicado las comunidades musulmanas y evangélicas inscritas en el ministerio)porque "van perdiendo el miedo y empiezan a ver ventajas para acceder a ayudas".

Son grupos jóvenes, con una importante actividad social dedicada a atender a los marginados, especialmente drogadictos, y una mezcla de "anticatolicismo por resentimiento" -especialmente entre miembros conversos que fueron bautizados pero consideran que la mayoría de los católicos no son verdades creyentes- y al mismo tiempo "imitan ritos" y se definen por comparación con el catolicismo.

Hay comunidades más totalitarias, rituales o de componente étnico. Los Testigos de Jehová están "muy jerarquizados y centralizados", frente a evangélicos y musulmanes que están "muy descoordinados entre sí e incluso enfrentados". En los seguidores del Islam, Briones distingue entre inmigrantes, musulmanes de origen (muchos descendientes de inmigrantes)y españoles conversos. Se debaten entre "ser autónomos y la dependencia que aún tienen de países como Marruecos, sobre todo por la necesidad de formar líderes. Ahora tienen que traer imanes de fuera".

Este mapa exige a los políticos gestionar esa diversidad, a la sociedad aceptarla y a ellos asentarse, hacerse visibles, reforzar sus medios y sentirse parte.

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