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La Fiscalía eleva de 900 a 1.120 años la pena a los tres autores del atentado de la T4

el 05 may 2010 / 12:18 h.

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El fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos elevó hoy de 900  a 1.120 años su petición de cárcel para los tres presuntos autores  del atentado perpetrado el 30 de diciembre de 2006 contra la Terminal  4 del aeropuerto de Barajas (Madrid) y en el que murieron los  ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate,  al considerar que ha quedado acreditado que en total fueron 52  personas las personas que resultaron heridas en la explosión, y no 41  como inicialmente se calculó.

Así, el representante del Ministerio Público atribuye a los tres  presuntos etarras Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebastián  52 delitos de intento de asesinato, por los que solicita 20 años de  cárcel por cada uno. Además, considera que los tres son responsables  de dos delitos consumados de asesinato terrorista, por los que pide  80 años de cárcel (40 por cada uno).

El fiscal ha elevado a definitiva el resto de sus conclusiones  provisionales, solicitando así que los tres supuestos miembros del  'comando Elurra' de ETA indemnicen con 500.000 euros a cada una de  las familias de los asesinados.

Por otra parte Peritos de la Guardia Civil confirman en un 98% que Portu avisó por teléfono del atentado de la T4.  Peritos de la Guardia Civil confirmaron hoy en el juicio que se  sigue en la Audiencia Nacional contra los presuntos autores del  atentado perpetrado en 2006 en la Terminal 4 de Barajas (Madrid),  Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebastian, que existe un 98%  de posibilidades de que el miembro del 'comando Elurra' que efectuó  esa mañana tres llamadas de aviso para alertar de la colocación de la  furgoneta-bomba fue Portu.  Durante la tercera sesión del juicio, que tiene previsto finalizar  mañana, se pudieron escuchar las tres llamadas que efectuó el  presunto miembro de ETA para avisar del atentado. En la primera de  ellas, a las 7.53 horas, el supuesto etarra avisa de que llama "en  nombre de ETA" para advertir "de la colocación de una potente  furgoneta bomba en el parking D de la terminal 4 del aeropuerto de  Barajas de Madrid". Tras repetir estos datos y proporcionar  información de la matrícula del vehículo, el etarra alerta de que  estallaría a las 9.00 horas y subraya que "se trata de una furgoneta  bomba de gran potencia". 

El supuesto etarra continúa avisando de que "cualquier intento de  desactivarla supondría un grave riesgo y una grave irresponsabilidad.  "*Vale?", agrega, a lo que su interlocutor responde: "Vale, adiós".  Ya en la segunda llamada, efectuada tres minutos después con el mismo  teléfono móvil al Parque de Bomberos de Madrid, el etarra comienza  deseando "buenos días" a la persona que atiende, a la que avisa de  que llama en nombre de ETA y "va a estallar una bomba", sin  proporcionarle los datos del vehículo. 

La tercera se realizó desde una cabina de teléfono de San  Sebastián a SOS-DEIAK y el propio interlocutor indica que es para  "cerciorarse" de que les hacen caso. Nuevamente, informa de la  colocación de la bomba en Barajas. 

Según explicaron los peritos, para la elaboración de los informes  utilizaron la primera de las grabaciones, de mayor calidad, y que  compararon con las voces de Portu, Sarasola y San Sebastián, así como  con la de un centenar de "impostores", de modo similar a como se hace  en las ruedas de reconocimiento fotográficas. 

La conclusión a la que han podido llegar los miembros de la  Guardia Civil es que, teniendo en cuenta todos los cotejos y  "partiendo de la probabilidad priorística" de que el autor de la  llamada fue uno de los cuatro miembros del 'comando Elurra', formado  por los tres acusados y Joseba Iturbide, hay una probabilidad "mayor  al 98%" de que Portu fuera el autor de la llamada. 

Además, esta mañana testificaron también los peritos que  analizaron documentos incautados a Portu y San Sebastián con  anotaciones manuales de los números de teléfono del Parque de  Bomberos de Madrid y de la Comisaría de Policía de San Blas de esta  localidad y que ratificaron que de sus análisis se extrae que  efectivamente los autores de dichos papeles manuscritos. 

Previamente, también declararon dos médicos forenses de la  Audiencia Nacional que asistieron a Sarasola en Madrid y que  ratificaron sus informes, en los que certificaban que las lesiones  que presentaba el presunto etarra eran "compatibles" con una  detención violenta. Además, explicaron que en el segundo  reconocimiento que le hicieron al detenido éste dijo que entre el  primero y ese momento no había sufrido maltrato psíquico ni físico. 

"YO CRITICO EN LA SALA Y NO BUSCO LOS PASILLOS" 

El presidente del tribunal que juzga a los tres supuestos etarras,  el magistrado Alfonso Guevara, aprovechó esta mañana una confusión en  el interrogatorio a una perito para responder a la polémica creada  por sus palabras ayer a la madre de una de las dos víctimas mortales  del atentado, Diego Armando Estacio, que causaron malestar entre  algunos abogados de las acusaciones particulares. 

Guevara recordó que aunque le "critiquen", su "obligación" como  policía de Sala es "mantener el orden" en todo lo que tenga que ver  con el juicio y también en lo "que se produzca fuera". "Aunque me  critiquen, sobre todo fuera de la sala, sí, y no me río, por lo menos  yo tengo la entereza de que si tengo que criticar, y mi obligación es  criticar, lo hago en la sala y no busco los pasillos ni a los  periodistas", afirmó. 

Dicho esto, pidió que se le deje "dirigir" el juicio y advirtió de  que aunque tiene "defectos" y parece "distraído", puede oír "todo".  "Me doy cuenta de todo, cualquier comenario y risas por las  acusaciones particulares todavía sientan peor a la Sala", advirtió. 

Durante la sesión de ayer, el juez explicó a la madre de Estacio  una pregunta formulada por la acusación particular que la representa  acerca de si mantenía o no una dependencia económica respecto a su  hijo, después de que la mujer pareciera atascarse en la respuesta.  "Bueno, sí y no", acertó a contestar la mujer, a lo que el juez le  espetó: "Bueno, sí y no, o no. Es lo que le han preguntado, si usted  tenía su trabajo en Italia y su hijo aquí o se ayudaban mutuamente,  vamos más sencillo, agua". 

Mientras tenía lugar el episodio, se sucedieron los cruces de  miradas entre algunos de los abogados de las ocho acusaciones  particulares, quienes, nada más concluir la sesión, expresaron en  alto su indignación por la "falta de sensibilidad" y el "trato  inhumano", que, en su opinión, había recibido la madre del joven  fallecido.

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