Pocos podían pensar que a estas alturas de campeonato un recién ascendido con tan sólo 21,5 millones de euros de presupuesto se encontraría inmerso en plena lucha por una plaza en la Liga de Campeones. A base de trabajo y sin hacer ruido, el Málaga se ha erigido en algo más que una revelación.
Hoy, la capital de la Costa del Sol puede convertirse en una fiesta. Apenas unos meses después de celebrar su regreso a la máxima categoría, tras dos años en el infierno, el Málaga tiene la ocasión de situarse en puestos de Liga de Campeones. Casi nada. Ni los más optimistas podían imaginar algo parecido a estas alturas de campeonato. Pero así es el fútbol, un mundo en el que tener un presupuesto inferior al precio de mercado de muchos jugadores no impide llegar lejos si se hacen bien las cosas. Todo lo contrario que clubes como el Atlético de Madrid o el Valencia, dos de los más poderosos y situados por detrás del Málaga en la clasificación.
El responsable del éxito es Antonio Tapia. Hombre de la casa, está sacando lo mejor de su grupo de jugadores, muchos de ellos casi desconocidos el pasado verano para el gran público. Hoy día, Luque, Salva, Duda, Miguel Ángel o Arnau comparten protagonismo con Baha, Eliseu, Apoño, Gámez, Calleja, Nacho y compañía. Juntos forman el equipo revelación del campeonato, sobrenombre que disfruta por el excelente papel que está realizando.
Sin hacer mucho ruido, repatriando futbolistas que ya tuvo a sus órdenes en su día y apostando bien, Tapia ha logrado alcanzar un equilibrio que se traduce en buenos resultados: sólo ocho derrotas en 26 jornadas. En casa, el Málaga es el octavo mejor equipo del campeonato (24 puntos de 39 posibles) y a domicilio es el quinto mejor (18 puntos, merced a sus cinco victorias, tres empates y cinco derrotas).
Más fuertes. Y eso que las cosas comenzaron de forma pésima. El Málaga no logró su primera victoria hasta la quinta jornada, justo cuando se le daba ya como candidato al descenso. Sin embargo, cuatro triunfos consecutivos dieron tranquilidad tanto al equipo como al club presidido por Fernando Sanz, cuyo protagonismo se ha limitado a defenderse de las acusaciones de amaño de la pasada campaña en Segunda. Poco a poco, el proyecto comenzó a funcionar, hasta el punto de que despidió la primera vuelta situado en el séptimo puesto de la clasificación y hoy, con sólo doce jornadas ya por delante, sueña con volver a las competiciones continentales, algo que no disfruta desde 2002, cuando disputó la Copa de la UEFA vía Intertoto.
