El pago de la herencia millonaria que dejó Carmen Fernández, la madre a la que la Junta debía entregar 1,7 millones por la retirada irregular de sus hijos Iván y Sara, está en punto muerto. Ella falleció en diciembre, poco antes de que el Constitucional ratificase la cifra que ahora deben cobrar sus herederos. Pero Sara está en República Dominicana y no puede regresar.
El Juzgado de Familia número 7, que debe entregar la indemnización de 1,7 millones de euros a los herederos de Carmen Fernández, no ha podido iniciar el reparto porque la menor, de 17 años, no se ha personado en el expediente. El dinero que entregó en su día la Junta de Andalucía está paralizado en la cuenta del juzgado, porque hasta el momento sólo se han presentado para cobrar su cantidad los dos hijos mayores de Carmen, fruto de una relación anterior.
Los herederos han podido solicitar el dinero desde hace dos meses y medio, cuando el Tribunal Constitucional notificó, en febrero, el recurso de la Junta contra el fallo que la condenó a pagar 1,7 millones a la mujer.
Sin embargo, primero habría que solventar un recurso previo, el que el abogado de Carmen Fernández presentó ante la Sección Segunda de la Audiencia para oponerse a que a la mujer le pagaran sólo 72.000 euros -en vez de los 1,7 millones- hasta que el Constitucional opinara.
El juzgado de Familia adoptó esa medida para evitar que se cobraran los fondos antes de la decisión final, porque si era desfavorable a la mujer era posible que ésta no pudiera devolver los fondos. Ahora, el asunto es ya un mero trámite, puesto que el Constitucional ya se ha pronunciado ordenando que se le entregue la indemnización al completo.
Pero al tratar de bloquear este simple escalón burocrático, una vez fallecida la madre, hizo falta que los hijos se personaran en su nombre. Y Sara no aparecía.
Cuando las partes afectadas trataron de buscarla, supieron que estaba en República Dominicana, de donde no puede regresar por problemas con la Justicia, confirmaron fuentes cercanas al caso. Sara había vuelto a vivir voluntariamente con su madre y ésta le había otorgado la emancipación, una figura legal que supone un estatus similar a la mayoría de edad en asuntos civiles.
Pero cuando Carmen falleció el 7 de diciembre de 2007, Sara llevaba ya unos meses en América. Este periódico intentó contactar con su abogado para recabar su versión, sin obtener respuesta.
Iván tampoco se ha personado porque al ser menor debe hacerlo por medio del matrimonio que lo acoge, y al haber fallecido la madre biológica, esta pareja de Dos Hermanas está aún inmersa en los trámites para ser declarados tutores legales del niño.
La Junta separó a Carmen de sus hijos en 1996, cuando tenían cuatro y cinco años, porque sufría un alcoholismo del que se recuperó a los pocos meses. Pero entonces fueron inútiles sus esfuerzos por recuperarlos, ya que se le denegó la custodia hasta en 11 fallos judiciales.
Al final, la Audiencia de Sevilla le otorgó un amplio abanico de indemnizaciones que tuvo en cuenta el cáncer de pulmón que padecía ya que los jueces lo consideraron "consecuencia directa o indirecta del sufrimiento soportado" y, por tanto, "lesión sufrida de manera ilegítima".
