El curso que viene, la mitad al menos de la oferta académica de la Universidad de Sevilla (68 carreras, sin contar con másteres ni posgrados) será nueva, es decir, estará adaptada al modelo europeo. Antes de esa fecha, la Hispalense debe aprobar las nuevas titulaciones. Empezará este mes con las primeras 25.
Pese a que el nuevo modelo universitario impulsado por Europa se gestó en 1999, la tarea de adaptar el nuevo mapa de titulaciones se ha realizado en tan sólo un año. Ya en el "sprint final", el vicerrector de Ordenación Académica de la Universidad de Sevilla, Juan José Iglesias, presentó en un desayuno con los medios el resultado de estos meses de trabajo.
El más inmediato será la aprobación este mes en Consejo de Gobierno de las primeras 25 carreras ya adaptadas al nuevo modelo. Para enero de 2009 -plazo fijado por las universidades andaluzas y la Junta-, las titulaciones nuevas serán algo más de una treintena (en función de la adaptación que se haga finalmente de las filologías). Éstas se implantarán a partir de septiembre de 2009. El resto de la oferta -otra treintena, como mínimo- estará listo para el curso 2010/2011.
¿Y cómo se hará la implantación de los grados? "De manera progresiva, es decir, cuando se ponga el primer año del grado, desaparecerá el primero de la titulación ya antigua", ejemplificó Iglesias. Puede haber excepciones. "Hay titulaciones, como la actual Aparejadores, que ha pedido poder implantar simultáneamente primero y cuarto del nuevo grado", subrayó.
No han sido pocas las voces que han alertado sobre el peligro que corren las filologías con este nuevo modelo universitario. "En la Hispalense no tenemos titulaciones en situaciones graves, así que no siento amenaza de que puedan desaparecer algunas por falta de alumnado", recalcó el vicerrector. No fue éste el único mensaje tranquilizador que envió a la comunidad universitaria. En especial a un sector -minoritario y "en algunos casos desinformado"- de estudiantes que se opone a los cambios alegando que éstos supondrán una "privatización" de la Universidad. "Los precios van a seguir siendo públicos". De hecho, un máster oficial cuesta 1.500 euros, "no 6.000, como se dice", aclaró.
Bolonia, apostilló, es una "oportunidad" que va a cambiar el día a día de los estudiantes, sobre todo en lo referente al método de trabajo. Pero en lo que más van a notar los alumnos el cambio de modelo es en el fomento del plurilingüismo.
La Hispalense está trabajando en un modelo para que los alumnos logren acreditar un nivel en idiomas intermedio. Algunas universidades, como la Olavide, han optado por hacer obligatoria esta acreditación para conseguir graduarse. La Hispalense "lo evaluará", según Iglesias.
En relación a si la crisis económica puede influir negativamente en la adaptación a Bolonia, el vicerrector fue contundente: "Estamos preparados para los tiempos de austeridad y tenemos confianza en el mantenimiento del compromiso financiero de la Junta".
