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La historia de Alfonso Adán y un ADN de tradición familiar

Adán, juvenil de segundo año y hermano del cancerbero del Betis Antonio Adán, está siendo sometido a una prueba en el Juvenil A.

el 22 may 2014 / 09:45 h.

BW7pRZTIEAAD2MD Alfonso Adán, en el centro de la imagen, en un viaje con la expedición del Adarve. Foto: Twitter. Las historias de perfil íntimo son la esencia del fútbol modesto. La extraña razón de su incurable poder de atracción. Del corazón del Real Betis Balompié, una entidad instalada en la provisionalidad, aún emanan noticias positivas. Su cantera, fuente inagotable de talentos durante décadas, es un producto apetecible en el mercado nacional. Su División de Honor Juvenil es el escaparate ideal para cientos de representantes que aterrizan a diario en la Ciudad Deportiva Luis del Sol para vender a sus joyas. Uno de los casos más curiosos de los últimos meses en Heliópolis ha sido protagonizado por Alfonso Adán, cancerbero de segundo año juvenil y hermano de Antonio Adán, uno de los pocos ídolos intactos que conserva la fiel infantería de La Palmera en su memoria colectiva. Alfonso Adán Garrido (Madrid, 9-9-1996) siempre trató de imitar a su hermano Antonio. Ambos idolatraban a Casillas y soñaban con debutar en el Real Madrid. Desde pequeños pertenecieron a su fábrica, aunque en la madurez buscaron un atajo para triunfar en el mundo del fútbol. Alfonso, el pequeño, ha militado durante el ejercicio recién finalizado en el Unión Adarve madrileño, en el que ha asumido el papel de meta revelación en División de Honor. Tras ocho cursos en Valdebebas, el menor de la saga decidió rellenar el petate y ganarse el pan y la sal en un club cuyo principal exponente es el conjunto sénior, inmerso en la celebración del play-off de ascenso a Segunda División B. Sin embargo, y por caprichos del azar, un buen día fue descubierto por Gustavo Sánchez, técnico del Juvenil A bético. Sánchez, que suele compatibilizar sus entrenamientos y partidos con los viajes ex profeso para buscar talentos en edad juvenil, había emigrado a la capital estatal para espiar a José Pedro, un delantero de fábula que decidió aceptar una propuesta del Villarreal. El ‘9’ del Diocesano era la estrella del envite y uno de los objetos más codiciados del mercado, aunque Adán ya distrajo la atención del preparador de Los Bermejales durante el calentamiento. Un buen informe y la colaboración de su hermano Antonio aceleraron la historia. Después de clausurar un año excelente en el Unión Adarve, Alfonso Adán tratará ahora de enterrar la presión y convencer en la Ciudad Deportiva Luis del Sol. En las filas del conjunto de Ganapanes, Adán ha sido titular indiscutible. El arquero, cuyas principales virtudes son los reflejos y el poderío aéreo, ha brillado con luz propia a las órdenes de uno de los entrenadores de mayor prestigio del fútbol formativo de la zona, José Ramón Llorente. En el club rojinegro se ha consolidado como uno de los metas de mayor futuro de su prolija fábrica, aunque en su GPS sólo figure como destino la Avenida de Italia.

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