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La impaciencia frente al pestilente contenedor

Aunque la plantilla de Lipasam ya se ha incorporado al trabajo, las 7.000 toneladas de desechos tardarán varios días en desaparecer.

el 08 feb 2013 / 22:32 h.

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La basura y los malos olores siguen siendo protagonistas en Sevilla. A pesar de que el jueves por la noche, después de 11 días de huelga , los trabajadores de la empresa municipal de la limpieza, Lipasam, desconvocaron los paros y el personal del turno de las 23.00 horas comenzó a trabajar a pleno rendimiento, su esfuerzo poco o nada se ha notado en una ciudad que tenía acumuladas en sus calles más de 7.000 toneladas de basura.

Desde ayer se puso en marcha un plan de choque para que Sevilla recobre la normalidad, pero se necesitarán, según reconoció el alcalde, Juan Ignacio Zoido (PP), una semana para que la ciudad quede limpia como una patena.

Tanto en el centro como en la periferia los contenedores seguían ayer rodeados y llenos de bolsas de desperdicios. En varios puntos de la ciudad los camiones de Lipasam recogieron la basura de su interior, pero la mierda de sus alrededores no la retiraron. Es decir, los desechos campaban a sus anchas y los vecinos que querían depositar sus residuos en el interior de los contenedores no podían hacerlo por las barricadas de basura.

Es más, ayer seguía habiendo calles por las que era prácticamente imposible transitar. Tanto sus aceras como las calzadas estaban llenas de desperdicios. Esto sucedía en varias calles de la Macarena como Florencio Quintero, Sánchez Perrier o Antonio Patión.
La zona intramuros no presentaba un aspecto mucho mejor ayer al mediodía, si cabe la imagen era aún más triste porque de madrugada algún gracioso se dedicó a quemar contenedores en la plaza del Pumarejo, del Cronista o en la calle Morera. Entre las basuras y los restos del fuego más parecía una zona devastada por una guerra que un punto de la ciudad frecuentado por turistas. Y es que las inmediaciones de la basílica de la Macarena no se libraban de este aspecto dantesco. Aquí no había restos de fuego, pero los contenedores estaban enterrados por los desperdicios.

La calle Feria estaba igual. Varios comerciantes del entorno se quejaron de que durante la semana hubo días en los que la basura casi entraba por las puertas se sus establecimientos.

Los buzones de basura de La Alameda también estaban saturados, aunque a primera hora de la tarde personal de Lipasam se acercó para ponerlo todo en orden.
De madrugada, en el callejón Ruiz Gijón, perpendicular a San Luis, también actuaron los servicios de limpieza, pero es que, según vecinos y comerciantes, por él era prácticamente imposible pasar debido a la acumulación de basura.

La calle Teodosio, donde la basura llegó hasta los portales de las casas, ayer por la mañana también presentaba un aspecto lamentable. "Todo sigue igual", indicó un vecino. Un problema que se repetía en San Vicente, Mateo Gago o Jardines de Murillo, todo en pleno centro de Sevilla.

Los Remedios o Nervión tampoco corrieron mejor suerte y el fin de la huelga de Lipasam ayer no se había notado.

Sin embargo, en barrios más periféricos como El Cerro del Águila o Pino Montano, sí se había retirado la basura en algunas zonas, la Ronda Histórica incluso fue baldeada y en San Jerónimo hubo operarios retirando basura quemada.

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