Piotr Trochowski no olvidará el partido del sábado contra el Real Madrid. Su gol, a los dos minutos de juego, permitió al Sevilla tumbar al campeón de Liga y, de paso, sacarse la espina clavada tras las dos últimas goleadas sufridas en Nervión a manos de este rival. El futbolista polaco-alemán culminó una jugada de estrategia que tiene su particular historia.
Míchel y sus hombres ensayaron por primera vez esa acción el día antes de recibir al Real Madrid. La idea, cuando se produjese un saque de esquina, era la siguiente: cuatro jugadores (Jesús Navas, Botía, Maduro y Spahic) debía situarse dentro del área pequeña para rematar; otro (Negredo), se ubicaría cerca del punto de penalti; y otros dos (Gary Medel y Trochowki), en la frontal del área. Rakitic, el especialista, era el encargado de poner la pelota en juego.
Cuando el croata lo hizo, Negredo corrió en diagonal hacia el primer palo, posición desde la cual Spahic, al mismo tiempo, salía en dirección al córner haciendo el amago de ir a recibir en corto. Mientras tanto, Trochowski, defendido por Di María, arrancaba en velocidad desde la frontal del área y, aprovechando el despiste del argentino, culminaba la jugada con un zapatazo perfecto tras el centro medido de Rakitic. Los restantes jugadores del Real Madrid encargados de defender el saque de esquina se quedaron en el área pequeña mirando cómo el futbolista nervionense marcaba sin remisión. Iker Casillas no pudo hacer nada.
Un gran gol de estrategia que se gestó en el entrenamiento, a puerta cerrada que Míchel y sus futbolistas realizaron el viernes, un día antes del partido, en el estadio Sánchez-Pizjuán. Lejos de las miradas, el técnico aprovecha para ensayar las jugadas a balón parado y esta vez las cosas le salieron a pedir de boca.
