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La Junta elimina sin avisar el Centro Andaluz de Teatro en su 25 aniversario

La consejería ha ocultado su decisión hasta que los actores alertaron de todo.

el 13 feb 2013 / 21:42 h.

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La obra ‘Bodas de Sangre’, una coproducción de 2010 del CAT y el Centro Dramático Nacional.

Roberto Quintana, Manuel Llanes, Juan Ruesga, Emilio Hernández y Francisco Ortuño.Éstos han sido los cinco directores que durante sus 25 años de historia han regido los destinos del Centro Andaluz de Teatro (CAT), la compaía pública dedicada al arte dramático que fundó la Junta de Andalucía en 1988 con dos propósitos, el desarrollo de un teatro contemporáneo propio y la transmisión de la cultura escénica andaluza. El actual consejero de Cultura, Luciano Alonso, ha decidido que ya no es prioritatio ni necesario que Andalucía cuente con una compañía propia. Hace seis meses decidió no renovar al último director, Francisco Ortuño, y ha dejado sin presupuesto a esta institución.

La consejería no ha informado de estos cambios hasta que el martes la Unión de Actores de Andalucía envió un comunicado avisando de que la administración estaba dejando morir al CAT.

La versión oficial de Cultura es que atraviesan una etapa de "análisis y revisión" de sus programas, entre los que sitúan el CAT, "en fase de redifinición". Fuentes del departamento de Luciano Alonso argumentan que ante la crisis que azota al sector hay que priorizar "en generar empleo en las artes escénicas e impulsar la actividad escénica". "La prioridad son las personas y las industrias, aunque esto suponga que no se tenga consignado presupuesto para producciones propias que viene desarrollando el CAT", añadieron estas fuentes, sin tener en cuenta el empleo que generaba la compañía.

Desde la consejería destacaron que su apuesta ahora son otros programas basados en fomentar la actividad de las compañías privadas.

El centro, que estaba inscrito dentro del Instituto Andaluz de las Artes y las Letras, es decir, la empresa pública de Cultura, desarrollaba anualmente producciones propias y coproducciones, que se estrenaban a principio de año normalmente en Sevilla, en el Central, para después iniciar una gira por todos los teatros de la Junta, el resto de España e incluso el extranjero. Además desarrollaba otras actividades, como una escuela de espectadores, grupos de investigación, desarrollo e innovación así como dos premios: el Miguel Romero Esteo de textos teatrales y el Premio José Martín Recuerda para dramaturgos andaluces.

La web de la compañía pública ya no podía consultarse ayer, después de que la Unión de Actores denunciara que en ella seguía figurando Ortuño como director, a pesar de que hacía seis meses que dejó el cargo.

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25 AÑOS DE LUCES Y SOMBRAS.

La trayectoria del CAT está constelada de aciertos y aplaudidas apuestas, como la coproducción con el Centro Dramático Nacional Bodas de Sangre, la original Los 7 pecados originales, la discutida Federico o la primera pieza de Picasso, El deseo atrapado por la cola. Premios y grandes críticas respaldan estos 25 años de historia, en los que también hay sombras.

Su última producción fue Estado de Sitio, en 2012, para el Bicentenario de las Cortes de Cádiz. Costó 600.000 euros, este texto basado en La Peste de Camus, y sólo se vio en Andalucía durante dos meses. Hubo 27 funciones, a 22.000 euros cada una. El sector criticó este derroche. Antes, en 2009, con El testigo, una coproducción junto a Rafael Álvarez El Brujo, único intérprete. Este monólogo, costó 417.000 euros. En este caso, sí hubo una amplia gira.

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