Andalucía refrendó ayer su apoyo al nuevo sistema de financiación autonómica, que aportará a la comunidad 3.133 millones de euros extra hasta 2012, en la Comisión Mixta de Asuntos Económicos. La Junta ya había apoyado el 15 de julio el futuro modelo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) -donde se sienta el Gobierno con las autonomías- porque, tal y como recordó ayer la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, "recoge las reivindicaciones del Estatuto". Desde que el Ejecutivo puso las cartas sobre la mesa, Andalucía fue la principal valedora del sistema porque el dinero estatal (11.000 millones adicionales) se reparte, tal y como pedía, según la población -ajustada a criterios como el envejecimiento, la dispersión, la insularidad o la población en edad escolar-.
El nuevo modelo será un balón de oxígeno para el Presupuesto de 2010, el más complicado por la crisis. Andalucía recibirá más de 900 millones de anticipo a cuenta en 2009, el montante más importante. La partida crecerá hasta los 1.445 millones en 2010, 1.662 en 2011 y llegará a 1.795 en el último ejercicio. A esto hay que sumar otros 390 millones por la evolución de los impuestos y 948 que el Estado pagará concretamente a Andalucía por el Guadalquivir y por la explotación de los metros de Sevilla y Málaga. La Junta también aplaude la financiación porque le permitirá aplazar el pago del dinero que adeuda al Estado por las entregas a cuenta. Cada año las comunidades reciben del Gobierno una cantidad por la recaudación de impuestos, pero no es más que una estimación de lo que se va a recaudar. Con la crisis se ha ingresado menos de lo previsto, por lo que las comunidades tienen que devolver dinero. El futuro modelo da una moratoria de un año y abre la mano a que las autonomías devuelvan esos préstamos en cuatro.
Diez comunidades también cerraron ayer de forma bilateral la financiación autonómica. Cinco de ellas están gobernadas por el PP -más Ceuta y Melilla- y aceptaron el modelo pese a haberlo rechazado en el Congreso y a pesar de que en el CPFF se abstuvieran por considerarlo "insolidario". Los barones populares se guardaron entonces las espaldas y no votaron en contra para poder decir sí al dinero ahora. La crisis hace casi imposible que alguna autonomía se permita quedarse al margen del sistema.
En verano, el PP fue al CPFF con una posición común, fijada por el vicesecretario Territorial del partido, Javier Arenas. El dirigente andaluz pensó que la abstención era la opción más pragmática porque sólo así los presidentes de su partido podrían continuar escenificando su rechazo a la financiación y criticando el "favoritismo" de Zapatero con "determinadas comunidades" -en alusión a Andalucía y Cataluña- sin perder el dinero que les correspondía a cada una. La postura de Arenas a nivel nacional se contradecía con los argumentos que defendía en Andalucía. Aquí exigía al presidente de la Junta que rechazara el nuevo modelo porque la comunidad "no es la que más gana" en el reparto.
Algunos barones populares como Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, vieron "incoherente" que su partido ordenara la abstención y no el voto en contra después de haber sido tan críticos con el modelo. Ayer, la mayoría de autonomías del PP justificaron su sí al acuerdo en que deben ser "responsables" con sus ciudadanos. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, afirmó que el sí del PP apoyo "da valor" al sistema. Aguayo tildó de "hipócrita y cínica" la actitud de rechazar primero el modelo y luego aceptar el cheque.
En Andalucía, mientras que el PSOE-A destacó la importancia de poder contar con ese volumen de recursos extra, el PP-A consideró que la Junta ha sellado "una nueva traición" al Estatuto e IU dijo que el acuerdo "impedirá" la convergencia de Andalucía con España y Europa.
