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La Justicia estadounidense ha dado la razón al Reino de España en el litigio que mantiene con la empresa Odyssey Marine Exploration , obligando a esta compañía cazatesoros a devolver los objetos arqueológicos expoliados en 2007 del pecio de un buque español hallado 160 kilómetros al oeste del estrecho de Gibraltar y a 1.100 metros de profundidad.
El botín está formado por monedas de plata con un peso total de 15.422 kilos, entre otros objetos de valor, que en aquel momento fueron tasados en unos 500 millones de dólares.
La firma norteamericana, con sede en la ciudad de Tampa (Florida), ha anunciado que recurrirá ante el mismo tribunal, si bien solicitando que el caso sea visto en pleno, para que se pronuncien los once jueces de la corte, en lugar de los tres que lo han hecho ahora.
Pero de momento, al batacazo judicial Odyssey debe sumar otro financiero, ya que nada más conocerse el fallo, en la noche del miércoles, las acciones de la empresa se hundieron y su cotización en el Nasdaq bajó hasta un 44%.
España, que ya ganó el caso en primera instancia en un juzgado de Tampa en 2009, se mostró ayer "extremadamente satisfecha de que el Tribunal de Apelaciones de EEUU haya resuelto completamente a favor de nuestro país en el caso Odyssey sobre la apropiación ilícita de objetos arqueológicos en el pecio de un buque español", explicó el Ministerio de Cultura en un comunicado.
La decisión es, según Cultura, "clara y rotunda y totalmente coherente con los principios" que ha defendido España desde el comienzo del litigio. "La sentencia incluye la obligación de la empresa norteamericana de devolver a España, de acuerdo con el derecho internacional, todos los objetos retirados del pecio, el resultado -según el Ministerio- que España había perseguido desde el primer momento".
El 18 de mayo de 2007, Odyssey anunció que había encontrado y transportado un cargamento de monedas a los EEUU. Esta empresa norteamericana bautizó a la operación y al pecio encontrado con el nombre de Cisne Negro.
Desde ese momento, el Gobierno español abrió una investigación para averiguar en qué lugar encontró la empresa el botín, a qué pecio pertenecía, con qué permisos contaba para hacerlo y si lo halló en aguas españolas. Meses después, y para justificar sus reclamaciones, un equipo conjunto del Ministerio, la Armada y varias instituciones reconstruyó la historia del barco La Mercedes, demostrando que éste, y no otro, era el pecio expoliado por Odyssey.
La documentación demostraba que La Mercedes estuvo en servicio militar activo con la misión de proteger al Estado español y a sus ciudadanos a lo largo de toda su historia, y también en el momento en que explotó y se hundió en combate. Asimismo, el material presentado prueba que Odyssey era plenamente consciente de ello, y que es esto precisamente lo que explica el secreto con que actuó y sus afirmaciones de no conocer la identidad del pecio.
La documentación incluía un amplio material fotográfico y otras pruebas que demostraban que el pecio sólo puede ser La Mercedes. Cañones, anclas, armas, efectos personales y una amplia variedad de otros materiales, incluyendo las monedas tomadas del barco, permitieron identificar definitivamente el pecio.
La ministra Ángeles González Sinde dijo ayer que la decisión del Tribunal de Apelaciones es "muy importante" pero avisó de que "hasta el último momento no se puede dar por ganado".
Sinde destacó que "lo que sí ha ordenado el juez es que los bienes, las monedas y otros objetos que fueran extraídos del fondo del mar y que están en un almacén en Tampa sean devueltos". Recordó que ahora la empresa tiene 14 días para recurrir al Tribunal Supremo, por lo que ha hablado con "cautela y prudencia". Aunque esta corte sólo admite el 1% de los casos. "Es una decisión muy importante que vuelve a dar la razón a España, concluyó.
