Sólo hace falta darse una vuelta por cualquier sede judicial y comprobar que las papeleras de reciclaje, repletas de papeles con datos personales, están a la mano del público en los pasillos. Los juzgados no cuentan con máquinas destructoras y no existe un protocolo que controle los papeles que son entregados a las partes en los procesos judiciales.
"No me extrañaría nada que dentro de poco veamos un vídeo de un juicio de menores en youtube", decía el presidente de la Asociación Nacional de Secretarios Judiciales, Antonio Dorado, quien critica la falta de un protocolo para controlar las copias, tanto de papel como audiovisuales, que se entregan a las partes de un proceso judicial. Y es que de nuevo todas las miradas se han posado sobre la Justicia, tras la investigación abierta por la Agencia de Protección de Datos al aparecer documentos de juzgados de varias ciudades en la basura. Y de nuevo las carencias del sistema judicial quedan en evidencia por la falta de instalaciones y de medios adecuados.
Los papeles que generan las sedes judiciales en Sevilla son gestionados por una empresa de reciclaje, que se encarga de recoger los bidones de cartón con cierta periodicidad por las tardes, cuando prácticamente no hay actividad. Según explicó el decano de los jueces, Federico Jiménez Ballester, "los funcionarios no tiran los papeles a la calle", sino que esta empresa "los destruye y recicla".
El problema es que estos contenedores se colocan en los pasillos "a la alcance de todos", aseguró Dorado, pues con sólo levantar la tapa de cartón "cualquiera puede coger un papel con datos personales". En un principio, estos contenedores estaban en el interior de los despachos, pero ante la última oleada de robos, en la que desaparecieron cuatro portátiles, la instrucción de la Delegación de Justicia fue que se sacaran a los pasillos para evitar que personas ajenas a los juzgados entraran en las oficinas, según explicaron el decano y Dorado.
El presidente de los secretarios judiciales indicó que "legalmente tenemos que dar copias a los interesados" y que sobre éstas no hay un control "de quién se las lleva". Por este motivo, señaló que es muy probable que los papeles que aparecieron en un contenedor junto al Edificio Viapol "no provengan de algún juzgado", pues "son copias y no originales". De hecho, incluso puede ser que "sean de alguna de las papeleras para el público, donde mucha gente tira los papeles que les damos y eso no lo podemos controlar". En este mismo sentido, se expresó Jiménez Ballester, quien aseguró "que aparezca alrededor de un juzgado un papel no es nada extraño, porque a veces algún imputado los tira. Eso no es preocupante".
Dorado fue un poco más allá al criticar que los juzgados no cuentan con destructoras de papeles -hay dos, una en el archivo del edificio de los juzgados y otra en el de la Audiencia-. De hecho, afirma que, como secretario de la Sección Octava, para la Junta Electoral "tengo que pedirla 15 ó 20 días y siempre acaba estropeada porque no puede aguantar el tute". Por su parte, el decano indicó que, con la anterior delegada de Justicia, solicitó varias destructoras, pero fueron denegadas porque "son muy peligrosas. Me parece un motivo razonable".
Dorado pidió que se establezca un protocolo, porque "la única solución que nos dan desde el Ministerio de Justicia es que demos menos papeles", mientras que desde la Junta de Andalucía "nos dicen que rompamos los documentos con datos antes de tirarlos". Jiménez Ballester apunta a soluciones más modernas, con depósitos comunes, "pero con las instalaciones que tenemos es imposible".
