Línea 30 Porvenir-La Paz, en 12 minutos. El luminoso del Prado informa a los usuarios. 10.45 horas. En la parada dos personas aguardan al sol. Uno de ellos, Antonio Gutiérrez, se dirige a la calle Escultor Sebastián Santos: "Al fin podré llegar a la puerta de mi casa sin tener que caminar varios metros", señala mientras revisa en el mapa de la marquesina de que, efectivamente, el bus tiene parada en Martínez Montañés. "Al fin termina esta condena", replica entre suspiros. Ayer, Antonio y otros tantos vecinos del Polígono Sur emprendieron un viaje a la normalidad tras ocho años de aislamiento en los que la línea 30 quedó anulada en este tramo por los problemas de seguridad denunciados por los conductores.
A las once llega el autobús al Prado. Al volante, su conductor, confirma una y otra vez a todo el que sube que "hoy [por ayer] hacemos el trayecto completo, sí incluido Las Vegas [como también se le conoce a la zona de Martínez Montañés]". Al vehículo suben los dos primeros pasajeros que llevaban un rato esperando. La normalidad es el equipaje dominante en el trayecto que separa el Prado del Polígono Sur. Así lo ratifica el conductor: "De momento, está siendo tranquilo. No hay problemas. Para no haber, no hay ni muchos viajeros", bromea mientras realiza el giro por Carlos V hasta la avenida de la Borbolla.
El autobús se va llenando poco a poco. Los asientos se pueblan de gente de lo más diversa. Una de ellas es una mujer con el velo árabe, que, en un español aceptable, da los buenos días al subirse. Es el rostro de la integración social y cultural a la que se encamina la barriada Martínez Montañés gracias al trabajo del Comisionado para el Polígono Sur. "No entiendo por qué nos quedamos sin autobús. ¿Problemas? Puede suceder en cualquier calle", replica Yasmina. Su testimonio revela el sentir de los vecinos: "Por fin podemos ir y venir al Centro sin tener que desplazarnos a Las Letanías. Hoy [por ayer] es un día para la historia del barrio. Hemos conseguido que nos tengan en cuenta", asevera.
El bus va absorbiendo y soltando por igual a pasajeros en Felipe II y General Merry. En esta última se incorpora una vecina de Las Letanías a la que el cambio de ruta no le termina de convencer: "Me gustaba más cuando iba por la avenida de Las Letanías y giraba por Torre de David para tomar la avenida de la Paz. La verdad, me venía mejor. Ya nos habíamos acostumbrado y creo que era un trayecto más seguro", asegura María Rodríguez, que regresaba cargada de bolsas después de una mañana de compras.
Avenida de la Paz, Ronda de la Oliva... Antonio solicita parada nada más entrar en Escultor Sebastián Santos: "Ya he llegado. Al fin", suspira mientras se acerca a la puerta para bajarse del bus. Es la primera de las dos paradas habilitadas en el barrio. Al grito de "hasta luego, jefe" se despide del conductor.
Pese a la falta de conflictos del primer día, el secretario de CCOO en Tussam, Miguel Pereira, señaló que los trabajadores temen que los "problemas" que sufren otras líneas en calles anexas como José Sebastián Bandarán puedan "ir in crescendo" y repercutir en la línea 30. "No queremos ser excesivamente radicales. Hemos dado un margen de confianza para ver si ha vuelto la normalidad".
Mientras, los vecinos insisten en que la seguridad está "garantizada". Argumentan que las cosas han cambiado en Martínez Montañés, una zona deprimida del Polígono Sur que ayer emprendió su primer viaje a la integración.
