Escasa afluencia de público en un sábado de feria marcado por un tiempo desapacible que dejó nubes y varios chaparrones que obligaron a tomar precauciones en muchas casetas. Pese a ello, fueron muchos los que desafiaron a la lluvia en la recta final de la feria de Alcalá de Guadaíra.
Muchos dicen que es la crisis, pero lo cierto es que la inesperadamente fría noche del pasado viernes dio paso ayer a una aguada mañana de sábado, en la que la afluencia de feriantes se hizo de rogar. Finalmente, la amenaza de lluvia se quedó en un chirimiri, aunque poco a poco fue calando. Hubo caseteros que agradecieron esa lluvia caída del cielo que, como agua de mayo, hizo que muchos buscaran refugio bajo los toldos y, de paso, se pidieran algo en la barra para hacer tiempo. Esto al menos fue lo que ocurrió en el Mahareta, una de las casetas más animadas por las noches y que suele estar vacía durante el día, excepto ayer que estaba hasta arriba por el mal tiempo.
Otros caseteros tuvieron que echar todos los toldos y miraban con desconfianza a los cajetines de las fichas de empalme pues, ya se sabe, agua y electricidad no hacen buenas migas precisamente. Por suerte, no hubo que lamentar ningún incidente.
Hoy es el día del concurso de enganches y caballos, que se desarrollará durante toda la mañana. La entrega de premios será sobre las 17.00 horas en la caseta municipal. Este año con una novedad importante ya, que debido a la aceptación que tuvo en 2008 entre los caballistas la regulación del paseo de caballos y enganches, la concejalía de Fiestas Mayores implantó estas medidas de forma permanente en el real de San Juan. Esto significa que los titulares de carruajes que estos días pasean por el recinto ferial deben hacerlo con la autorización previa del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, que se comprobará gracias a la acreditación que todos los carruajes deberán lucir en la parte acoplada al eje trasero del vehículo.
Entre tanto, los responsables municipales hacen sus cálculos y prevén que unas 200.000 personas hayan pasado por el real en esta edición cuando a medianoche los fuegos artificiales le pongan el punto y final a la fiesta. Una fiesta que está atrayendo a visitantes del resto del área metropolitana con ganas de divertirse en un real donde, por una vez, que la feria sea en junio no supone un exceso de calor.
