Local

'La mejor política educativa es dar un año de baja a la madre para su hijo'

El pedagogo y educador italiano ha estado recientemente en Sevilla apoyando un manifiesto de profesores de la Hispalense que critican los contenidos de la enseñanza tradicional.

el 16 sep 2009 / 05:15 h.

TAGS:

-Hace 40 años eligió las viñetas satíricas para describir y criticar la educación que no le gustaba. En este tiempo, ¿se ha peleado más con profesores o con padres?

-Sí. Es que yo soy crítico conmigo mismo. Muchas viñetas nacen de mi experiencia como padre, y la mayoría son cosas que me contaron los maestros. Mi personaje, Frato, ha tenido la suerte de entrar en el mundo de la educación. Los profesores lo reconocen, porque ha tenido mucho éxito. Los maestros siguen comprando mis libros de viñetas, y normalmente los maestros no compran libros.

-¿No compran libros?

-No son una categoría representativa de lectores. Por lo menos en Italia. El tema de la lectura en la escuela tiene esa contradicción: que enseñan a leer personas que no leen. Y mis libros en la escuela se conocen mucho. Las viñetas han entrado en un mundo que está bastante cerrado a la ironía, porque la escuela es de las grandes instituciones, como el ejército o la Iglesia, que no está dispuesta a soportar la sátira. Mis libros lo lograron porque los maestros se dan cuenta de que los contenidos son reales. Intento que salga visible lo que normalmente es invisible: todo lo que los niños piensan frente a nuestros errores educativos.

-Su primer libro, Con ojos de niño, es un referente de la pedagogía. Describía la escuela desde la perspectiva del niño. ¿Cree que maestros y alumnos pueden compartir la misma idea de escuela?

-Bueno, lamentablemente muchas de estas viñetas siguen siendo actuales después de 40 años. La escuela ha cambiado, pero no tanto, porque los profesores de hoy se reconocen en viñetas que criticaban el sistema de enseñanza en 1968. La gente las ve y sigue diciendo, sí, sí, es verdad. Eso es terrible...

-Debe ser de los pocos manuales de educación que no quedan obsoletos al año...

-Con ojos de niño ha sido mi manifiesto: ver el mundo con ojos de niño. Siempre que me han pedido que defina mi profesión, si soy pedagogo o psicólogo, he dicho que he sido un niñólogo. El niño tiene competencias y conocimientos, y como tal merece ser el protagonista de su vida y no un paquete que nosotros llevamos hasta que sea adulto. El momento más importante en la vida son los primeros años. En educación, lo hacemos al revés: La Infantil es una mera introducción que prepara la Primaria, porque la idea es que lo importante va a venir después, y muchos pensamos lo contrario: lo más importante ya ocurrió.

-¿Cuáles son los años decisivos en la educación de un niño?

-La idea es que en los primeros 7 u 8 años se desarrollan más del 80% de las competencias del niño.

-Antes de que empiece la educación obligatoria...

-Sí, pero eso no significa que la escuela no sea importante. Significa que en la vida del niño ocurre algo muy válido antes y fuera de la escuela. Y si no ha ocurrido, la escuela no tendrá capacidad de hacer cosas importantes, porque no se habrán creado las bases de la educación. En los primeros meses de vida se crean los cimientos sobre los cuales construir todo el conocimiento posterior. Por eso la Infantil debería ser la etapa de más interés y relevancia para la sociedad, en lugar de estar en un segundo plano.

-Aquí es voluntaria. Hace poco ni siquiera se consideraba educativa la etapa de 0 a 3 años...

-Exacto. Normalmente los maestros de Infantil -y casi todas son mujeres- cobran menos, trabajan más horas y tienen un prestigio profesional inferior a sus colegas de Primaria y Secundaria. Se piensa que los primeros maestros tenemos que encontrarlos en el instituto o incluso en la universidad, y si es verdad lo que estoy diciendo, el maestro más importante para un niño estará en Infantil. Antes de estudiar, los conocimientos se adquieren en experiencias vitales. En el niño hay dos básicas: la nutrición y el juego. Amamantarse con su mamá durante bastante tiempo es la primera posibilidad que tenemos para garantizar el aprendizaje del niño. En uno de mis últimos libros, Bienvenido Juan, planteamos que cada mamá pueda quedarse un año con su hijo sin trabajar. Parece una propuesta exagerada, ¿no? ¿Cuánto puede estar ahora en España una madre de baja por maternidad?

-Cuatro meses.

-Bien, pues nosotros proponíamos un año sin trabajar con el sueldo entero. Si ellas quieren, claro, no es obligatorio. La mejor política educativa empieza por dar a la madre un año entero de baja para que pueda estar y educar a su niño. Esto aparentemente tiene un coste muy alto, pero si vamos a medir la renta de esta inversión nos daremos cuenta de que permite ahorrar mucho dinero, porque lo recuperamos multiplicado por diez. Es un tema de salud, de productividad, de tranquilidad. Ahorraremos en médicos, hospitales, servicios sociales...

-Sí que es una idea arriesgada.

-Mire, hay un premio Nobel de economía del año 2000, Beno Eckmann, que demuestra cómo invirtiendo en la infancia podemos conseguir una renta del 700%. No hay ningún otro tipo de inversión que garantice esos beneficios. Es un premio Nobel, eh, lo dice en serio.

-Hablaba usted de dos experiencias vitales: lactancia y juego. ¿Qué problema tiene el juego?

-Las ciudades actuales no están hechas para que los niños salgan a la calle a jugar. Todos los padres de hoy jugaron en la calle cuando eran pequeños, pero ahora no lo quieren para sus hijos. Dicen que la ciudad es peligrosa. Creen que lo correcto es proteger a sus hijos de la ciudad en lugar de dejarlos salir. El papel del padre ha cambiado mucho en los últimos años. Antes, si un hijo no salía de casa, los padres se preocupaban, pensaban que no era normal. Hoy parece lo contrario: un buen padre es una persona que acompaña siempre a sus hijos, y cuando no puede controlarlo personalmente, confía en otros adultos para vigilar a los niños. Ahora se contratan adultos para todo. Es probable que un niño no tenga en todo el día ni un momento para vivirlo libremente fuera del alcance y control de los adultos. Y eso hace que desaparezca el riesgo.

Lea la entrevista completa en la edición en papel de El Correo de Andalucía

  • 1