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'La música del Sur manda en todo el mundo'

A Antonio Romero y Rafael Ruiz, Los del Río, no leS pesan los años sobre el escenario. Al contrario, acumulan nuevos proyectos con el mismo entusiasmo que cuando empezaron, hace ya 46 años, en la música. Desde entonces ha llovido mucho. (Foto: Gregorio Barrera)

el 15 sep 2009 / 02:27 h.

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A Antonio Romero y Rafael Ruiz, Los del Río, no leS pesan los años sobre el escenario. Al contrario, acumulan nuevos proyectos con el mismo entusiasmo que cuando empezaron, hace ya 46 años, en la música. Desde entonces ha llovido mucho. Tanto, que el dúo de Dos Hermanas ha hecho bailar y tararear sus alegres melodías a los cinco continentes.

La aventura de Antonio y Rafael, que mañana darán un concierto en el Teatro Lope de Vega organizado por El Correo de Andalucía con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla y el patrocinio de El Corte Inglés, comenzó, casi por casualidad, a principios de los 60. Antonio trabajaba en Calzados La favorita, y Rafael en el bar Estrella y, después, en el bar Esperanza.

Cada tarde, cuando terminaban su jornada laboral se reunían con sus amigos en unos billares que había en la calle Real de Dos Hermanas. Y allí, entre juegos y risas, uno comenzó a cantar un fandango, el otro lo siguió, y el resultado fue tan satisfactorio que cuantos los escucharon los animaron a probar suerte en la música. La semilla estaba sembrada, ahora sólo hacía falta que germinara. Y lo hizo.

"Un maestro escuela del pueblo, D. Juan Reina, nos presentó al emblemático locutor de Radio Sevilla Manolo Bará. Como éramos tan nuevos nos hicieron una prueba para ver si podíamos cantar en el programa Ronda del domingo, y la pasamos. Fue la primera vez que cantamos en público. Corría el año 62 y como había poca televisión y mucha radio, todos nuestros conocidos nos estaban escuchando", recuerdan Antonio y Rafael. "Al final empezamos a ir casi todos los domingos. Ya éramos como de la casa. Así que podemos decir que salimos de la Cadena Ser", cuentan.

Poco después, y a través de su representante Jesús Antonio Pulpón, les llegó su primer contrato: seis meses de actuaciones en la sala flamenca El Guajiro. "Aquello fue para nosotros como un Operación triunfo, porque estuvimos seis meses con los mejores del flamenco: Farruco, Matilde Coral, Enrique Montoya, El Mimbre, los hermanos España...", cuentan Los del Río, que poco a poco se fueron haciendo un hueco en las casetas de la Feria de Abril y en las fiestas de sociedad. Hasta que en 1966 les llega la oportunidad de dar el salto a Madrid.

Antonio y Rafael no se lo pensaron demasiado cuando les ofrecieron cantar en el tablao madrileño Las Brujas, donde estaban sus "ídolos", los hermanos Reyes. "Ese verano ellos se fueron a cantar a Torremolinos y nosotros debutamos en el tablao para cubrir ese vacío.

Cuando regresaron en invierno nosotros ya nos habíamos hecho un ambiente fantástico con Manolo Sanlúcar, El chato de la Isla, Carmen Montiel, Merche Esmeralda, etc", señalan Antonio y Rafael, que a través de Sernita de Jerez y Félix de Utrera lograron un contrato en El Corral de la Morería, donde trabajaron de 1966 a 1969.

Poco después llegaron las discotecas El Duende, Sidarta, Maumau -"las mejores discotecas de Madrid", advierten- y la sala de Lola Flores Caripeu. "Aquello fue un bombazo en los 70", admite el dúo, que para entonces ya tenía varios discos en el mercado. "Esos fueron años de mucho aprendizaje, porque todos los artistas que nos rodeaban eran de primera línea. Eran tiempos difíciles, nosotros éramos muy jóvenes y lo que queríamos era aprender para poder ganar dinero y mantener a nuestras familias", confiesan Antonio y Rafael, que poco después empezaron a alternar las galas de verano en Marbella con las actuaciones durante el invierno en Madrid.

"Aquellos fueron los años del glamour. La gente guapa es como los grandes modistos, que imponen la moda. El glamour de Madrid empezó a bailar con nosotros rumbas y sevillanas y el género se convirtió en un boom", recuerdan.

Imprescindibles en cualquier buen sarao, los artistas de Dos Hermanas vieron cómo su popularidad crecía como la espuma cuando, en el año 1991, entonaron Sevilla tiene un color especial. "A esa canción que hizo Romero San Juan nosotros le dimos lo que necesitaba, un reventón de alegría, y se convirtió casi en el himno de la Expo'92".

Poco tiempo después llegó el bombazo, Macarena, la canción responsable de que este dúo sevillano sea conocido en los cinco continentes y la que, según ellos, demostró que "la música de Andalucía es la que manda en el mundo".

"Esos dos temas nos cambiaron la vida, porque de las fiestas de sociedad y las actuaciones en tablaos dimos el salto internacional y nos metimos en una vorágine a la que no estábamos acostumbrados. El trabajo se nos acumuló de tal forma que hasta la fecha no hemos dejado de trabajar", afirman Antonio y Rafael, que con más de cuatro décadas de experiencia a sus espaldas aseguran que el balance de su carrera es "totalmente positivo".

"Si volviésemos atrás no cambiaríamos nada. Es cierto que muchas veces nos ofrecieron la gloria, ¡y menos mal que la gloria la teníamos en nuestra casa!, pero eso son cosas del mundo artístico. Por eso hay que decirle a la juventud que vayan con pie firme y sencillez porque las estrellas están en el cielo", desvelan los sevillanos, que a estas alturas mantienen intacta la ilusión del primer día. "Si no hacemos esto nos morimos de pena".

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