Cultura

La novela negra y policiaca desplaza a las históricas en los premios Planeta

Las quinielas del galardón, donde este año se espera que se imponga un autor sudamericano, están más despistadas que nunca: se habla incluso de Estrella Morente y de Fernando Alonso.

el 15 oct 2014 / 12:00 h.

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El LXIII Premio Planeta de Novela se fallará esta noche en Barcelona. El LXIII Premio Planeta de Novela se fallará esta noche en Barcelona.

El hotel El Palace de Barcelona acogió un año más la rueda de prensa de presentación de las novelas finalistas del premio Planeta. Cita un tanto extraña, sobre todo por el visible deterioro del presidente del grupo, José Manuel Lara Bosch, quien lleva meses luchando contra una dura enfermedad y no obstante mantuvo muy bien el tipo ante los periodistas; y extraña también por coincidir con el anuncio del presidente de la Generalitat, Artur Mas, de renunciar a la tan controvertida consulta soberanista de Cataluña, un tema capaz de monopolizar en la Ciudad Condal cualquier conversación, no digamos un encuentro tan multitudinario como éste.

A pesar del irresistible magnetismo de la política, Lara Bosch se esforzó por no distraer la atención del premio Planeta, cuya LXIII edición ha tenido una alta participación:453 novelas procedentes de todo el mundo, de las cuales han sido seleccionadas diez. Solo dos podrán ser respectivamente ganador y finalista, pero eso no se sabrá hasta la noche de hoy, cuando el jurado se pronuncie en el transcurso de la tradicional cena que acogerá el Palau de Congressos de Catalunya. Cabe recordar que la dotación del premio absoluto es de 601.000 euros, mientras que el finalista obtendrá 150.250 euros.

Los encargados de tomar la decisión final serán Alberto Blecua, Pere Gimferrer, Juan Eslava Galán, Rosa Regás, Carmen Posadas y Emili Rosales, así como la última incorporación de Fernando Delgado en sustitución de Ángeles Caso, jurado de los últimos años que parece haber tenido en los últimos tiempos fuertes desavenencias con su casa editora de siempre.

Como portavoz de este jurado, Eslava Galán destacó como característica de este año «el predominio de la novela negra, policiaca y de misterio, mientras que bajan considerablemente las novelas históricas», explicó. «Se escribe lo que se lee, y las pautas van y vienen con las preferencias del público lector». Algo que tampoco debe extrañar tanto, toda vez que el escritor Lorenzo Silva se hizo el año pasado con el galardón con una entrega de su famosa serie negrocriminal de Bevilacqua y Chamorro.

Ya desgranando una a una las finalistas, Eslava Galán comentó que la obra titulada Un hombre indeciso (Doce meses en la vida de Horacio) se adscribe a «la novela costumbrista, aunque escrita con cierto cinismo»; que Los crímenes del cromosoma XY es «un thriller policiaco y político muy al estilo anglosajón, protagonizado por las mafias ucranianas en Marbella»; que Alas retráctiles es en cambio una novela de corte psicológico, mientras Se llamaba Sébastien «gira en torno a una intriga detectivesca, con una superviviente de la llamada gauche divine como protagonista»; El viaje, por su parte, se presenta como «una road movie literaria» muy distinta a La ciudad de las tormentas, «obra policiaca ambientada en los bajos fondos de la Caracas actual»;Comiendo sonrisas a solas, asimismo, «pertenece al terreno de la novela híbrida, con algo de intriga y también esa frescura típicamente anglosajona»; La vida no regalada de Lorenzo Almendro «es una novela también costumbrista, de notable valor documental», mientras que Donde brotan las violetas se mueve a medio camino«entre el costumbrismo y la ficción romántica».

¿Quiénes se ocultan tras estos originales, con seudónimos como Coral Teide, Daniel de Jorge, Eduardo Nevado o C. D. Casino? La respuesta no se desvelará hasta esta noche, pero ya es una vieja tradición que los periodistas culturales hagan sus quinielas especulativas. Este año, sin embargo, la prensa especializada parece más perdida que nunca. Ni siquiera se mencionan los recurrentes nombres de Elvira Lindo o Ángela Becerra, clásicos en estas citas.

A falta de pistas más o menos fiables, uno de los informadores reunidos llegó a preguntar a Lara si era cierto el rumor de que la cantaora Estrella Morente ha hecho sus pinitos en la novela, o si cierto profesional del deporte llamado Fernando Alonso «podría estar calentando motores» para dar el salto a la escritura. En un registro menos delirante, se inquirió también sobre la posibilidad, bastante verosímil, de que el premio mejor dotado de nuestro idioma pudiera ir a parar este año a manos de un autor sudamericano. Los nombres de Jorge Volpi y Fernando Iwasaki corrían por los mentideros y los pasillos del hotel Princesa Sofía, donde se aloja estos días la prensa llegada de toda España, pero nadie se atrevía a hacer apuestas fuertes. «Cuando se tira a todo, algún tiro tiene que pasar cerca», zanjó el presidente de Planeta.

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