El nuevo programa de la nueva Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) es una especie de órdago al PP, el único partido que no firmó ayer el acuerdo de refundación del órgano de representación municipal: o estás con los alcaldes andaluces o estás con el Gobierno de Rajoy, cuya propuesta para reformar las administraciones locales es considerada por la nueva directiva de la FAMP como una afrenta al Estatuto andaluz y un intento de "desmantelar el municipalismo".
El PSOE, IU y el PA firmaron ayer en el Parlamento un acuerdo para reactivar la FAMP, después de año y medio bloqueada por el pulso de los socialistas y el PP por el control de la dirección. La presidencia de este órgano de adscripción voluntaria, que se fundó hace 27 años para aunar las reivindicaciones de los alcaldes frente a la Junta y el Gobierno, recaerá en el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, que sustituye en el cargo a Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas. Los socialistas aplaudieron el trabajo de Toscano (que presidía el foro desde 2004) y negaron que su cese tenga que ver con el pulso interno que éste ha mantenido con la ejecutiva regional y con el propio José Antonio Griñán. La asamblea que designará a los nuevos órganos de gobierno será en enero.
La nueva FAMP nace con un gobierno compartido (del que los populares no forman parte) y con un nuevo programa. Este último explica, en parte, por qué el PP ha sacado a todos sus alcaldes de la asociación: el principal cometido de FAMP en esta nueva etapa será "hacer frente al intento del PP de desmantelar el municipalismo en España". El Gobierno de Mariano Rajoy tiene sobre la mesa un anteproyecto de ley que supone una profunda reforma del municipalismo, y que según PSOE e IU atenta contra el Título III del Estatuto, que profundiza en la autonomía política y financiera de los ayuntamientos. El borrador de esa reforma (han circulado varios) limita el poder de los alcaldes, que pasan a ser tutelados por los gobiernos central y autonómico: se reduciría el número de concejales, se eliminarían las mancomunidades y los pueblos de menos de 25.000 habitantes dejarían de ser corporaciones locales para integrarse en las diputaciones. "El PP-A tiene enormes contradicciones con esta reforma local que busca cargarse el municipalismo. Los intereses de los alcaldes son los mismos con independencia de su perfil político. Todos defienden más autonomía y financiación. El PP no perdería su perfil político si apoya el programa de la FAMP", dijo el secretario de Organización de IU, José Luís Pérez Tapia.
PSOE e IU insistieron ayer en que los populares no han sido marginados del acuerdo, "ellos mismos se han autoexcluido", apuntaron. Los tres partidos que integran ahora la FAMP representan al 65% del conjunto de alcaldes de Andalucía. El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, negó ayer que el PP cuente con más poder local desde las municipales de mayo de 2011. Éste es el argumento principal de los populares para reclamar la presidencia de la FAMP, y la razón por la que han decidido abandonar la institución. El PP ganó en todas las capitales de provincia, obtuvo cinco de las ocho diputaciones y gobierna en 22 de las 25 ciudades medias andaluzas. Gobiernan sobre el 65% de la población de la comunidad. Por contra, los municipios más grandes que controlan los socialistas son Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira. El PSOE obtuvo 427.000 votos más que el PP en las municipales, controla 213 alcaldías más y tiene 2.300 concejales más. "No es un tema cuantitativo, es que los estatutos de la FAMP impiden al PP ostentar la presidencia", dijo Cornejo, que acusó a los populares de "una deriva totalitaria, infantil, egoísta y antidemocrática".
Los firmantes del acuerdo sostienen que muchos alcaldes del PP no apoyan la decisión del presidente de su partido, Juan Ignacio Zoido, de abandonar la FAMP, y creen que tarde o temprano volverán. "Zoido lleva a su partido a un callejón sin salida", dijo Pérez Tapias. El líder popular acusó al PSOE de "quitar" de la presidencia de la FAMP a un alcalde con el "respaldo mayoritario" de sus vecinos, en referencia a Toscano, para instalar a alguien "muy sumiso" con Griñán. La maniobra para colocar a Villalobos, según Zoido, responde a intereses "partidistas del PSOE", que nada tienen que ver con el municipalismo.
