La gripe A se propagó ya a más de 160 países en todo el mundo y provocó la muerte de unas 800 personas, pero su comportamiento no ha variado, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Por el momento no hemos visto ningún cambio en el comportamiento del virus. Lo que estamos viendo es una expansión geográfica por los países", explicó el portavoz de la OMS, Gregory Hartl, en una sesión informativa.
Hartl, indicó que 160 de los 193 países miembros de la organización notificaron casos de personas infectadas con el nuevo virus, con lo cual éste pronto se habrá extendido en casi todo el mundo.
Se prevé que el número de infecciones siga aumentando y sobre el aumento de las muertes, el portavoz dijo que "el hecho de que haya cientos de miles de casos significa que, lamentablemente, se producirán un cierto número de muertes", y descartó los temores de que el virus haya mutado.
La OMS recomendó dejar de someter a pruebas de laboratorio a todos los sospechosos de haber contraído el virus, en vista de las proporciones que alcanzó su propagación y para que los gobiernos concentren sus recursos en la contención de la pandemia y en el tratamiento de los enfermos con síntomas severos. En cambio, los países deben seguir reportando cada muerte confirmada en laboratorio.
"Mientras la pandemia progresa, es más importante analizar la evolución de los enfermos que analizar a todo el mundo", señaló la nota, que hace hincapié en que la prioridad es "determinar cuales grupos de personas tienen el riesgo más alto de contraer el virus y desarrollar una enfermedad grave, para poder prevenirla". Las personas obesas y las embarazadas son los dos grupos de riesgo más importantes.
Mientras tanto, el número de casos de gripe A en Inglaterra se dobló en la última semana. El país registra ya 100.000 infectados, frente a los 55.000 de hace una semana, según el ministerio de Sanidad.
