Naciones Unidas acusó a la Junta Militar de Birmania (hoy Myanmar) de confiscar una carga de ayuda humanitaria para el millón y medio de personas afectadas por el ciclón. La ONU suspendió temporalmente los vuelos hacia ese país, pero retomará este sábado su intervención humanitaria.
El portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Bangkok, Paul Risley, indicó que las 38 toneladas, entre alimentos y equipo, que habían logrado hacer llegar a Rangún fueron confiscadas y que no les quedaba más remedio que detener las operaciones de envío hasta que se aclarase lo ocurrido.
El primer avión del PMA con asistencia humanitaria recibió el permiso oficial y llegó al aeropuerto de Rangún el jueves, cinco días más tarde de que el ciclón Nargis arrasase el sur de Birmania con vientos de 190 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. La denuncia de la agencia de la ONU se produjo el mismo día en que los medios de comunicación birmanos reprodujeron un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores del país en el que se aceptaba la solidaridad internacional, pero se consideraba innecesario el envío de personal especializado extranjero porque los propios birmanos podían encargarse de repartir la ayuda.
En cualquier caso, el PMA decidió el viernes que el sábado reanudaría sus vuelos de ayuda, aunque las discusiones con el Gobierno birmano sobre la distribución de víveres continuarán.
La tragedia. La situación en Birmania es dantesca. Hace una semana que Nargis entró por el sur del país y el cólera ha comenzado a cobrarse las primeras víctimas mortales en Bogalay, que quedó casi completamente anegada y donde se ha informado de 10.000 muertos, y Laputta, donde se cree que hay 80.000 fallecidos no confirmados por la Junta.
Los medios de comunicación birmanos, todos controlados por el Estado, informan de 23.000 muertos y 42.000 heridos, aunque la embajada de EEUU en Birmana cree que la cifra de víctimas mortales superará los 100.000.
En estas circunstancias, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, denunció que no ha podido hablar de forma directa con los dirigentes militares de Birmania pese a los esfuerzos realizados en este sentido. "He estado tratando de conversar directamente con los dirigentes de Birmania.
"Lamentablemente no he podido contactar con ellos", explicó Ban durante su visita al Centro Carter en Atlanta.
Por otra parte, la portavoz de Ban, Marie Okabe, dijo que éste advirtió de que no actuar en Birmania "podría ser mortal" y pidió a la Junta Militar que permita el acceso "sin obstáculos" de los cooperantes internacionales.
El secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, también se pronunció al respecto y advirtió de que la negativa de la Junta Militar a permitir la entrada de trabajadores humanitarios extranjeros en el país se debe a que "no desea que haya observación internacional" en la celebración del referéndum sobre la nueva Constitución del país, que se celebra hoy en las zonas no afectadas por el ciclón.
La Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de las Naciones Unidas confirmó que un millón y medio de personas necesitan asistencia y que lo que se conoce de la situación en las zonas afectadas es sólo la "punta del iceberg".
