La reacción de solidaridad ciudadana al terremoto de Haití está siendo incluso mayor que la que despertó el tsunami asiático en 2004. Sin embargo, la población haitiana no lo percibe así porque la ayuda humanitaria no fluye como debería. Como ejemplo, los ciudadanos españoles están donando a un ritmo diario de 2,5 millones de euros a las principales ONG españolas con equipos en Haití, pese a lo cual la situación en Puerto Príncipe es caótica.
El jefe de la misión de Naciones Unidas en la isla caribeña, el guatemalteco Edmond Mulet, reconoció que están "desbordados" por la catástrofe provocada por el terremoto del pasado día 12 y añadió que en esa situación "las tropas estadounidenses y canadienses son bienvenidas". El responsable de la ONU reconoció problemas de seguridad y coordinación de la ayuda y aseguró que el objetivo que se han marcado es "alimentar a un millón de personas en dos semanas y a dos millones antes de un mes". El diplomático guatemalteco calificó de "pesadilla" la situación logística para la distribución de la ayuda humanitaria.
"El aeropuerto es muy pequeño y sólo tiene una pista. Los dos puertos principales de la ciudad fueron destruidos. Nos falta carburante. Enviamos convoyes desde la República Dominicana, pero el aeropuerto de Santo Domingo está desbordado", relató. Mulet descartó cualquier tensión con Washington por el control de la situación y señaló que hay un acuerdo para repartirse las tareas.
Ayer mismo, el Gobierno de Haití aceptó la oferta de la República Dominicana de desplegar a 150 soldados para proteger el corredor humanitario abierto entre Santo Domingo y Puerto Príncipe, una nueva muestra de que la reconstrucción no está sólo en manos estadounidenses.
A pesar de las dificultades señaladas, la ayuda va fluyendo. El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes, afirmó que la distribución funciona un poco mejor que la semana pasada. En este sentido, cifró en 250.000 las personas a las que el Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha asistido en los últimos días.
Reubicación. Además el Gobierno haitiano informó que trasladará a unos 400.000 supervivientes a campamentos que serán ubicados en las afueras de Puerto Príncipe. El ministro del Interior, Antoine Bien-Aimé, dijo que comenzarán con la reubicación de 100.000 personas en los campamentos, algunos de los cuales serán instalados cerca de Croix-des-Bouquets, al norte de la capital.
Estaba previsto que ayer el país empezara a recuperar algo de normalidad, con la reapertura de los bancos y la incorporación a sus labores de más de 2.000 policías. Mientras tanto, el puerto de la capital haitiana, que resultó dañado por el terremoto, reabrió ayer para la llegada limitada de cargamentos de ayuda, según informó el servicio de Guarda Costas de Estados Unidos. "Estamos en nuestra tercera embarcación e ingenieros estructurales han aprobado la operación que estamos realizando", explicó el teniente Mark Gibbs.
Por otro lado, en el aeropuerto de la capital, también dañado por el seísmo, la ONG Médicos sin Fronteras denunció que la mala gestión que el ejército de EEUU está haciendo está provocando retrasos en el reparto de la ayuda "que están causando muertes". Los equipos médicos de esta ONG han atendido a unos 5.000 heridos y han practicado más de mil operaciones, pero siguen desbordados.
En estas circunstancias, EEUU hizo un llamamiento a los países para que envíen fuerzas a Haití con el fin de ampliar y apoyar la misión de estabilización de Naciones Unidas. Washington, por su parte, abrió ayer el plazo para que los cerca de 200.000 haitianos que residen ilegalmente en EEUU puedan presentar sus papeles para quedarse y trabajar en el país.
