La propuesta del delegado municipal de Triana, Alberto Moriña, de peatonalización del tramo de San Jacinto que va desde Pagés del Corro hasta el Altozano ha generado en los últimos días el sinfín de declaraciones a favor y en contra típico de un anuncio de este tipo. De partida, hay que mirar con buenos ojos cualquier planteamiento que abogue por conquistar para el ciudadano espacios que ahora están saturados por el tráfico privado. En consecuencia, a priori es una propuesta atractiva. Otra cosa es que anuncios como el de esta semana den la impresión de ser un tanto improvisados y desde luego muy poco meditados. Para cerrar al tráfico una calle tiene que estudiarse con detenimiento, negociarse con vecinos y comerciantes y englobarse en un plan más general de peatonalizaciones que cuente con programas de aparcamientos disuasorios. Hasta ese momento, el plan de San Jacinto no pasa de ser una idea interesante, pero muy embrionaria.
