El presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, pidió ayer "que no se le niegue a ningún concebido de mujer el derecho a nacer". "Dejar nacer a los hijos es el primer y fundamental deber del amor al prójimo, del amor al más necesitado", proclamó Rouco en su homilía en la misa solemne en honor de San Isidro, patrón de Madrid, a la que ha asistido el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón.
Al día siguiente de que el Gobierno aprobara el anteproyecto de ley que contempla el aborto libre hasta la semana 14, Rouco proclamó que es "grave obligación de conciencia de todos los implicados -familiares, amigos, instituciones privadas y públicas- que se ayude generosa y eficazmente a las madres que los conciben, no para que sean eliminados, sino para que puedan darles a luz". "Si no se respeta escrupulosamente el derecho de todo ser humano a la vida, desde su concepción hasta su muerte natural, nos quedaremos sin el fundamento ético imprescindible para poder edificar un orden social y jurídico, digno de ser llamado y considerado, humano, justo y solidario", manifestó.
Respecto a la venta sin receta en las farmacias, incluso a las menores, de la píldora del día después, la Conferencia Episcopal Española publicó ayer las orientaciones que la cúpula de la Iglesia Católica ha trasmitido respecto al uso de la píldora del día después, en las que señala que "el aborto con píldora también es un crimen".
En un comunicado, la CEE señala que tras el acuerdo alcanzado por el Comité Ejecutivo de dicha organización expone que "la píldora del día después es una auténtica técnica abortiva y no simplemente anticonceptiva" y que "se trata de un fármaco que no sirve para curar ninguna enfermedad, sino para acabar con la vida incipiente de un ser humano".
