Cultura

La pintura abstracta de Gerardo Delgado golpea las paredes de La Caja China

El artista sevillano acaba de inaugurar la exposición ‘Rataplán. Presiones, Prisiones’.

el 15 feb 2014 / 22:10 h.

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Sevilla 13 02 2014: Pinto Gerardo DElgado en su Exposicion.FOTO:J.M.PAISANO Gerardo Delgado / J. M. Paisano

¡Rataplán, plan, plan, rataplán! [Rataplán: onomatopeya del redoble del tambor] «La palabra recoge todo el sonido percutido por los palillos sobre la piel tensa de la caja de resonancia», dice Gerardo Delgado (Olivares, 1942). Esa imagen telúrica y crispada sirve de acicate dramático a la muestra que, con su obra más reciente, acaba de inaugurar en la Galería La Caja China (C/General Castaños). Pintor y arquitecto, nombre clave de la vanguardia española y ferreo defensor y cultivador de la abstracción pictórica, Delgado, siempre fiel a sí mismo, tiene obra diseminada por algunos de los mejores museos y centros de arte del mundo, pero Sevilla continúa siendo un punto de partida esencial. En esta ocasión muestra parte de su nueva serie, aún en proceso, Rataplán. Presiones, prisiones, una colección, iniciada a principios de 2013, en la que las líneas «como relámpagos, como fogonazos, como fuertes golpes de tambor, van a aparecer por aquí y allá».

Se sabe que la abstracción vuela libre de asideros literarios, de dramaturgias impostadas;arte no predigerido que apela a las emociones más profundas de quien contempla estas obras. Pero hay una narratividad escondida, acaso muy leve, pero que está ahí, como agazapada: «Es una historia de unas masas que que avanzan, de unos volúmenes que se presionan unos a otros y de unas formas que chocan con violencia. Hay también una malla, una suerte de verja geométrica que parece encerrar paulatinamente cada nueva obra de la colección», explica el autor de una serie que funciona siempre como dípticos y, al final, como dúos, «porque algunos lienzos pequeños fueron ganando relevancia, haciendo el acople más difícil, precisando un mayor grado de independencia respecto a las obras de mayor formato».

Gerardo Delgado acaricia la idea futura de poder crear un diálogo entre estas obras y la Historia de dos cuadrados (1920), una de las piezas maestras del artista constructivista ruso Lázar Lissitzky. Siempre huyendo de lo superfluo, el pintor sevillano, que tan pronto recurre a la obra sonora de Johann Sebastian Bach como a la del contemporáneo Morton Feldman para inspirar su quehacer, considera que Rataplán ha emergido desde su subconsciente sin que ningún factor externo influenciara su devenir.

La unidad visual de este universo plural la otorgan las tensiones que el espectador atento, que se deje arrastrar por estos óleos, percibirá en cada rescoldo del paisaje plástico. De la profundidad filosófica y cuasi hermeútica de ciclos recientes anteriores como el laberinto de negros que configuraba Laruta de San Mateo al dinamismo vehemente de estas nuevas obras expuestas en La Caja China. Gerardo Delgado continúa creando en su estudio de Olivares, expandiendo horizontes artísticos.Sólo falta que el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo organice más pronto que tarde la exposición que reclama su catálogo.

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