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La pizarra: La magia de un 'terrenal'

El Sevilla sometió al Valencia, trianguló con rapidez, gestionó el peligro en régimen de monopolio en el primer acto, defendió con orden y eficacia, y atacó con la verticalidad que exhiben los aspirantes al título.   

el 31 ene 2010 / 23:15 h.

Sin embargo, en la segunda mitad y con 2-0, el conjunto de Nervión careció de la calma necesaria para ralentizar el ritmo que impuso un Valencia colérico.

Jiménez, previsor, optó por un 4-4-2 de inicio. El arahalense sacrificó a Luis Fabiano y formó en ataque con Negredo y Kanouté. Emery, cauto y especulador, reculó desde el inicio y entregó la responsabilidad de controlar la posesión del esférico a Albelda y Marchena.

Con Miguel multiplicándose en las transiciones ofensivas, Fernando Navarro fijó su marca con suficiencia y Escudé y Stankevicius, soberbio, se unieron en el achique de espacios a la labor de los laterales.

Y cuando el Valencia asía la carta de la fortuna y buscaba con relativa frecuencia el área de Palop, Negredo irrumpió en el encuentro para liderar a los andaluces, fabricar un gol de lujo, -pura elegancia con una vaselina-, y sentenciar el pleito.

El madrileño retrasó su posición para conectar con Renato y Zokora y generó espacios para que Kanouté, más estático, creara peligro desde la segunda línea. Un triunfo con mayúsculas.

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