Encontrar el cuerpo de Marta del Castillo es la meta que desde hace tres años obsesiona a los investigadores del caso, que en tres años no sólo han rastreado el río, el vertedero o la zanja de Camas. Estas son las grandes búsquedas, que han sido seguidas por los medios, pero los agentes han buscado pistas de la joven en más de 70 de lugares no sólo de Sevilla, sino también de Huelva o Cádiz, sin que hayan obtenido resultado alguno. Un pantano en Nerva (Huelva), pozos en Osuna, o hasta seis pisos deshabitados en Sevilla son sólo algunos puntos a los que hace referencia un reciente informe policial, que da cuenta de la minuciosa y desesperante labor policial.
El documento, al que ha tenido acceso este periódico, recoge una relación con los lugares en los que la Policía ha rastreado en busca de Marta desde el 2 de febrero de 2009, cuando la sospecha de que la joven estuviera muerta se hizo más fuerte. Un escrito que ha sido elaborado por el jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Manuel Piedrabuena, a petición del juez que investiga el caso para analizar la viabilidad de iniciar una nueva búsqueda en Camas, donde se está llevando a cabo una inspección ocular de la zona denominada Ruta del Agua desde el pasado lunes.
Diez días después de la desaparición de Marta, la Policía buscó en canales y caminos próximos al cauce del Guadalquivir desde la Isla de Tercia (en la desembocadura del Tamarguillo) hasta San Juan de Aznalfarache. Una búsqueda que continuó hasta el día 9 por caminos y vía ciclistas entre Sevilla y Los Palacios o por la zona del cuartel de El Copero; además, del parque de San Jerónimo o el canal Este, en el Parque Amate. Hasta la detención de Miguel Carcaño, que hizo que un dispostiviso sin precedente rastreara el río, los agentes continuaron su búsqueda en "vagones abandonados" en la calle Pueblo Saharaui; en el Canal del Bajo Guadalquivir; en colectores de agua, pozos y alcantarillas de León XIII y la calle Argantonio (donde vivía Marta), así como los que finalizan en la estación depuradora de San Jerónimo; mientras que en la zona de Santa Justa se revisaron tanto pozos como despósitos de aceite reciclado para máquinas depuradoras. Camas estaba ya en el punto de mira de los agentes, que rastrearon el colector de la SE-30 que desemboca en el municipio. A lo largo de estos tres años, se inspeccionarían en esta localidad otros pozos, descampados y canales de riego, ya que cuando ocurrieron los hechos Miguel vivía allí. Los agentes llegaron a encontrar una manta en Caño Ronco, la barriada de la novia de Miguel, oculta bajo un montón de tierra que fue descubierta por un vecino. Las zonas comunes del bloque en el que vivía el hermano de Miguel, Javier Delgado, fueron también inspeccionadas, incluido el trastero de la vivienda.
Escombreras en Gines. Con la búsqueda en el río prácticamente agotada, los investigadores miraron pozos de la localidad de Salteras y León XIII, en un descampado cercano al piso, así como los colectores del Parque del Alamillo. A mediados de marzo de 2009, mientras todos los medios ofrecían imágenes del rastreo en el vertedero, los agentes hacían un trabajo intenso en Carmona, en Los Alcores, Rinconada y Alcalá del Río tras consultar con la Guardia Civil posibles lugares para ocultar el cuerpo, sin éxito alguno. Sólo un día después, la Policía entraba en unas "escombreras" junto a la carretera de Salteras a Gines, sin hallar nada.
Ya en abril de 2009, la Unidad de Subsuelo revisó los bajos del centro de salud del Polígono Norte, donde trabajaba de vigilante el hermano de Miguel cuando ocurrió el crimen. Se buscó en el bloque de León XIII por si hubiera algún trastero, incluida la azotea y se rastreó un olivar de Montequinto situado junto al pub donde Samuel Benítez dijo que estuvo la noche en que murió Marta. Los agentes también entraron en seis viviendas deshabitadas del Parque Amate, barrio en el que vivía el Cuco.
Alertados de que junto a una edificación derruida junto a la carretera entre Osuna y El Saucejo, la Policía se personó allí el 7 de mayo de 2009, descubriendo que en el interior sólo había un motor de agua para el regadío. En ese mes, además de entrevistarse con una mujer que aseguraba que podía tener alguna pista, se revisó una cuadra y pozos junto al Tamarguillo, así como tres pozos junto a la Universidad Pablo de Olavide (UPO), otro junto a una gasolinera de La Motilla; y dos más en Aeropuerto Viejo y en Osuna.
Un mes después, la Policía recibió información de que Miguel Carcaño podía tener familiares en Villanueva del Rio y Minas, donde se localizó, con la ayuda de un helicoptero, un pozo que fue inspeccionado, al igual que las minas abandonadas, comprobándose, además, que el joven no tenía allí familia. Las siguientes pesquisas fueron inspeccionar una obra bajo el puente del Cristo de la Expiración, tres casas abandonadas junto a la Olavide y una arqueta bajo el puente de San Jerónimo hacia La Algaba, además de la margen de un acueducto que se construyó para la Expo 92, que se revisó en tres ocasiones distintas con la ayuda de la empresa que lo construyó.
El empeño por localizar a Marta, hizo que la Policía se trasladara a Nerva (Huelva), a la Ribera del Jarama, "donde un brazo del río que desemboca en un pantano", y a la capital onubense donde se "inspeccionó un vehículo Opel Astra de color rojo abandonado", coincidiendo con la declaración en la que Miguel dijo que un tío de Samuel se llevó el cuerpo de la joven en un turismo de estas características.
El apartamento familiar. Además de todas estas pesquisas, la Policía ha llevado a cabo diversas investigaciones tras recibir escritos anonimos que le han llevado a la provincia de Sevilla, Huelva y Cádiz. El escrito concluye destacando "la visita" que hicieron al apartamento de la familia de Marta en Chipiona (Cádiz) o al Instituto de la Marina en Punta Umbría (Huelva), donde "habían visto a una joven de características físicas similares" a las de Marta, "que se interesó por el procedimiento para emanciparse".
