Sonia, Sandra, María y Susana acaban de incorporase al cuerpo de la Policía local en tres municipios de la provincia. Muchas no se conocían o sólo habían coincidido en algunas de las pruebas de acceso al cuerpo, sin embargo todas ellas comparten un mismo miedo y un mismo destino: el de ser pioneras en un mundo de hombres.
Las cuatro se acaban de incorporar a sus puestos después de cuatro meses de prácticas, tres de ellas en los municipios en los que han logrado plaza, municipios y comisarías en los que ellas serán las primeras mujeres o en los que la representación femenina es mínima, como en el caso de Susana Chía, agente de la Policía Local de Osuna que sólo cuenta con tres compañeras. "El miedo siempre está ahí. No sabían cómo me iban a recibir, aquí hay muchos hombres que llevan 20 o 25 años trabajando sin ninguna mujer y ahora viene una a romperles los esquemas", comenta Sonia González, policía local de Marchena.
Por suerte, ninguno de sus miedos se han cumplido y todas afirman encontrarse muy a gusto con sus compañeros, que en ocasiones llegan hasta pecar de una actitud excesivamente protectora. "He tenido mucha suerte con mis compañeros. Son hombres jóvenes acostumbrados al trato con mujeres y a que el futuro de la Policía pasa por la mujer", comenta María Martínez de la jefatura de Carrión de los Céspedes.
También coinciden en su satisfacción con el trabajo en sus pueblos y la aceptación de los vecinos que las respetan y observan aún bajo miradas curiosas: "La gente del pueblo está muy sorprendida por que en el pueblo no había ni siquiera mujeres guardias civiles. Todavía la gente se queda mirando y les pregunta a mis compañeros. Para muchos ha sido una auténtica novedad", explica Sandra González que, como Sonia, también tiene plaza en la jefatura Marchena.
El camino para llegar hasta donde se encuentran no ha sido fácil y aunque la pruebas físicas de la Policía Local han sido adaptadas a las capacidades físicas de las mujeres, el sistema de selección de este cuerpo, en el que cada Ayuntamiento elige a sus candidatos tras una serie de pruebas y entrevistas personales las hace más vulnerables a la hora de ser rechazadas. "En uno de los municipios me dijeron que preferían que no entraran mujeres por que a la hora de las peleas y situaciones violentas no éramos tan efectivas", explica Sandra González.
igualitario. Las cuatro dicen sentirse muy orgullosas de ser las primeras mujeres que trabajen en ese municipio, pero coinciden en una misma reclamación: la necesidad de que haya más presencia de féminas en el cuerpo de la Policía local, pues todavía existen muchas jefaturas en las que no trabaja ninguna mujer. La Policía local es "el cuerpo más cercano al ciudadano y es muy necesaria la presencia de más mujeres. No tiene sentido que aún haya municipios en los que no haya mujeres puesto que, realmente, para temas como el cacheo es necesario una mujer", explica Sandra.
Por su parte, María Martínez también subraya la necesidad de más mujeres en el cuerpo "La figura de la mujer en la Policía presenta un sinfín de posibilidades y la considero muy necesaria. Una mujer suele ser más cercana en el trato que un hombre, puede dulcificar siempre un poco más todo el proceso y es muy necesaria sobre todo en temas relacionados con la violencia de género".
Por el momento son pocas las mujeres que se presentan a las oposiciones: "para el puesto nos presentamos alrededor de unas 250 personas de las que solo 15 éramos mujeres", comenta Susana Chía sobre las oposiciones a las que se presentó ella en Osuna. "Los cuerpos de Policía -tanto la Local como la Nacional- siempre han sido como un trabajo tabú para las mujeres aunque por suerte estamos despertando y cada vez somos más las que nos presentamos", explicaba la agente.
