La Policía Local precintó sobre la una de la madrugada de ayer el bar Sopa de Ganso, un establecimiento abierto en la zona de la Alfalfa desde 1986. La razón del precinto sine die fue exceso de aforo y estar realizando una actividad distinta a la de restaurante, si bien desde 1991 este establecimiento contaba con una doble licencia para servir comidas y como bar de copas con música, una tipología que ya no existe. Los agentes requirieron al propietario la documentación y tras examinarla expidieron la orden de cierre, por lo que los camareros y dueños del local procedieron al desalojo de los clientes, según pudo constatar este periódico.
Según explicó el propietario, Luis Arévalo, a finales del año pasado recibió una notificación del Ayuntamiento de Sevilla en la que le alertaron de la necesidad de revisar la licencia ya que el permiso para la doble actividad que posee actualmente -"restaurante con ampliación de música"- ha quedado fuera de la tipología actual de licencias.
Arévalo aseguró que al día siguiente, el 27 de diciembre, pidieron una reunión a los responsables de la Delegación municipal de Medio Ambiente para buscar soluciones sin éxito. Ayer sin previo aviso los policías se personaron en el local y procedieron a su precinto, una actitud que el dueño lamentó ya que hubiera preferido no abrir a cerrarlo delante de los clientes.
El propietario de Sopa de Ganso teme que el Ayuntamiento le esté forzando a solicitar una renovación o cambio de licencia para optar por uno u otro uso. El bar ofrece comidas hasta las 12 de la noche, momento en el que cierra la cocina y retira las mesas de la parte de fuera para centrarse en las copas.
"Si me obligan a elegir, optaría por el bar de copas que es lo da de vivir a este bar pero ya no me la van a conceder con música porque en el Centro ya no dan licencias para bares de copas con música", subrayó.
Arévalo explicó que paga 3.500 euros al mes por el alquiler del local y que tiene contratados entre cinco y seis trabajadores. Alertó de que según las Condiciones que le ponga el Consistorio para su negocio "posiblemente el Sopa de Ganso no vuelva a abrir".
Ante esta situación, el propietario del bar anunció que va a denunciar al Ayuntamiento porque "no ha actuado correctamente". "Nunca hemos tenido problemas con que se saquen vasos a la calle o con los controles de edad de los asistentes, así que entiendo que la maniobra que ha llevado a cabo es ilegal", señaló. En cualquier caso, reconoció que, tal y como le anunció su abogado, esta demanda se puede dilatar en el tiempo, "incluso varios años", por lo que la espera a la resolución de una sentencia en firme sería una sentencia de muerte para el bar.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento replicaron que este local había provocado "quejas reiteradas" por parte de los vecinos a causa del ruido, por lo que se le ha abierto expediente. Además, la noche del cierre superaba el aforo permitido y había "incumplido un precinto anterior".
Por otro lado, señalaron que la Junta de Andalucía, en el nomenclátor que publica en 2002, "clasifica y enumera las actividades e impide en algunos casos que dos actividades sean compatibles en un mismo local por ser las exigencias de aislamiento, aforo, accesos y dimensión, distintas e incompatibles".
El Consistorio hispalense señaló en este sentido que Sopa de Ganso tiene en estos momentos licencia como restaurante, de ahí que el aforo que tenía cuando fue precintado por la Policía superara el determinado por ley. El propietario subrayó que, aunque fuera así, "pueden multarme, pero no precintar el bar".
