D.S / I.C. / D.C.
Los investigadores dan veracidad sólo a una parte de la última confesión de Miguel. Fuentes del caso dan por cierto el relato del crimen, pero dudan de los actores y del posterior traslado. Se inclinan a pensar que fue Miguel y no el menor quien mató a Marta del Castillo, y consideran que utilizó el cuchillo y que su hermano mayor participó.
Miguel Carcaño le ha explicado al juez una historia distinta a la que contó a la Policía cuando fue detenido hace un mes. Dice ahora que Marta murió estrangulada por su amigo El Cuco, de 15 años, mientras él le sujetaba los brazos. Pero el abundante rastro de sangre que fue hallado en el piso de León XIII, las manchas en la colcha del dormitorio -donde se cometió el crimen- y las de la cazadora del chico hacen pensar a los investigadores del caso que Miguel está otra vez mintiendo. La Policía cree que la escena de la violación, la tortura y la muerte que ha contado el joven es cierta en parte, pero está convencida de que fue Miguel, y no El Cuco, el autor material del asesinato, como confesó en su primera declaración. También sospechan que la navaja no sólo sirvió para amenazar y acallar los gritos y los movimientos de la niña, sino que finalmente la usaron para acuchillarla. Sólo así se entienden los restos de sangre dispersos por el dormitorio en el que fue asesinada la muchacha.
Ahora la declaración de Miguel parece haber borrado de un plumazo todo lo que se sabía de cierto en la investigación, pero la Policía había corroborado algunas cosas que enturbian la nueva historia del chico. Por ejemplo que su hermano mayor, Javier Delgado, telefoneó a su novia desde León XIII a la hora en la que Marta estaba siendo asesinada. Los investigadores siguen pensando que el hermano tuvo alguna relación con el crimen. La chica empezó a gritar cuando fue agredida, y éste tuvo que oírla.
También las declaraciones han variado en cuanto han entrado en liza los abogados. De los cuatro detenidos, tres han cambiado la versión que dieron a la Policía. Primero fue arrestado Miguel, y éste incriminó a Samuel. Samuel confesó en comisaría que había ayudado a trasladar el cadáver hasta el puente de Camas, para arrojarlo al río, y la Policía tiene registrada una llamada de El Cuco a Samuel apenas media hora después de que Marta muriera (entre las 20.30 y las 21.00 horas). Samuel incriminó al siguiente acusado, El Cuco. Los agentes detuvieron al menor, y éste confesó que habían llevado el cuerpo al río en el coche de su madre. La Policía encontró su ADN en la sangre de Marta. Finalmente, El Cuco incriminó al último de los detenidos: Javier Delgado, a quien acusó de haber planeado el traslado y de haberle amenazado con una pistola si no ayudaba a deshacerse del cadáver. Contra él sólo tienen el registro de llamadas, saben que mintió al decir que no estaba en el piso cuando murió Marta y saben que su novia también mintió al darle una coartada. Pero eso no demuestra su participación.
Tras el cambio de las declaraciones, el caso se ha quedado sin asesino confeso. Tienen pruebas biológicas contra Miguel y El Cuco, y pruebas circunstanciales contra Samuel y Javier Delgado. Aparentemente, la prueba más tangible es la que apareció hace sólo dos días ante la puerta del piso donde se cometió el asesinato. Una navaja en la alcantarilla que Miguel ha desvelado un mes después de ser detenido. Quizá sea el arma del crimen en un crimen que hasta ahora no tiene arma ni cuerpo. O quizá sea otro callejón sin salida.
Los investigadores necesitan encontrar el cadáver para reconstruir la escena de la violación que contó Miguel, y para saber cuántos de los acusados estaban cerca del cuerpo de Marta. Según la última declaración, la joven estaba en el piso con Miguel y El Cuco, y éste último se encontraba drogado y ebrio. Miguel le dijo al juez que Marta le retiró la cara cuando la intentó besar. Se enfureció y le dio un puñetazo en la boca, haciéndola sangrar. El Cuco se unió a los golpes. Le taparon la boca para que no se oyeran sus gritos y la violaron con las manos atadas a la espalda. Miguel la sujetaba y El Cuco la estranguló hasta asfixiarla._Envolvieron el cadáver en bolsas negras de plástico, lo sacaron a la calle en una silla de ruedas y lo arrojaron al contenedor de la esquina. La Policía aún cree que se deshicieron del cuerpo de madrugada. Dos testigos, a los que dan credibilidad, vieron a las dos de la mañana a Miguel y a un chico alto (posiblemente Samuel) regresar con la silla de ruedas.
