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La rabia de un barrio ávido de Justicia

Justicia, Justicia y Justicia. Centenares de vecinos se concentraron ayer en la barriada del Zodiaco, a 50 metros del domicilio de la joven, para lanzar un único mensaje: "Queremos justicia ¡ya!". Sus voces, silbatos, aplausos y hasta sus silencios clamaron el cumplimiento íntegro de las condenas y exigieron cadena perpetua para los autores. Fotos: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 22:57 h.

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Justicia, Justicia y Justicia. Centenares de vecinos se concentraron ayer en la barriada del Zodiaco, a 50 metros del domicilio de la joven, para lanzar un único mensaje: "Queremos justicia ¡ya!". Sus voces, silbatos, aplausos y hasta sus silencios clamaron el cumplimiento íntegro de las condenas y exigieron cadena perpetua para los autores.

Nunca la pista deportiva de la asociación vecinal estuvo tan concurrida. El partido que se jugaba interesaba a todos: niños, jóvenes, mayores... Y hasta allí llegaron vecinos, amigos y familiares de Marta del Castillo, que convocados por la asociación de vecinos El Pueblo de la barrida El Zodiaco, en colaboración con la asociación Turdetania, invadieron el terreno de juego.

Fueron 60 minutos de indignación, rabia y sonada protesta. Se jugaba el partido en favor de Marta y sus vecinos se echaron al campo para sudar la camiseta con el rostro de la joven. Todo para solidarizarse con la familia. Había sed de Justicia, "pero no de venganza", como llegaron a matizar los vecinos. "Queremos Justicia. Que los responsables no salgan a los dos años. Que se pudran en la cárcel", sentenciaba Juana, allí estaba con sus dos hijas. A las siete y media de la tarde comenzó el encuentro al grito unánime de "todos somos Marta", una consigna ya conocida en los actos programados desde que el 24 de enero desapareciera la menor.

Sobre un escenario ubicado en uno de los extremos de la pista, el presidente de El Pueblo, José Antonio Rodríguez, se dirigía al abuelo de Marta que, en primera fila, emocionado y agarrado del brazo de un familiar, soportaba estoicamente la lluvia de flashes que le delataban: "Queremos Justicia de la buena para que no se repitan casos como el de Marta".

Otro de los vecinos, José Luis Reina, leyó el manifiesto de solidaridad con la familia: "Hemos estado, estamos y estaremos con todos los que nos necesiten. Marta es nuestra vecina, nuestra hija... ¡todos somos Marta! Queremos que aparezca ya y acabe la pesadilla para sus padres". Reina dedicó aplausos y silbatos a las Fuerzas de Seguridad por sus tareas de búsqueda en el río. Del agasajo no se libró ni el perro Sultán. Entre minutos de silencio y aplausos, Reina aprovechó para reflexionar sobre lo que le sucederá a los presuntos asesinos "por vivir en democracia": "Con la reducción de condena vais a estudiar, lo que no habéis hecho antes. Además, luego cobraréis el desempleo... ¡que cumplan la condena sin reducción!", gritaba.

Regalo al abuelo. El momento más emotivo fue cuando el abuelo de Marta, sacando fuerzas de flaquezas, dirigió unas palabras de agradecimiento. Su subida al escenario estuvo acompañada de un aplauso, entremezclado con vítores de "ánimo, valiente" o "échale coraje". Antonio aseguró que es "la fuerza de este pueblo noble de Sevilla, Andalucía y España en general la que nos sirve para luchar y seguir hasta el final".

Recordó que en la manifestación del sábado en Madrid pedirán la cadena perpetua "para estas alimañas, criminales y asesinos que han quitado la vida a una joven que estaba empezando". Una declaración que fue interrumpida por los gritos de "lo vamos a conseguir". Antonio prosiguió que sus vidas han cambiado "muchísimo", pero sobre todo las de sus dos nietas, las hermanas de Marta, de las que dijo "sufren también muchísimo"... Fue entonces cuando su voz se quebró por el dolor. Sus lágrimas encontraron el pañuelo de los vecinos: "Estamos contigo", le jaleaban.

Los representantes vecinales le hicieron entrega de una composición fotográfica en la que aparece la foto de Marta escoltada por los rostros del Cristo del Soberano Poder y la Virgen de la Salud de la hermandad trianera de San Gonzalo. Todo ello rematado por la conocida frase, "todos somos Marta".

No fue el único rostro conocido en el acto. La madre de Sandra Palo, joven también asesinada, participó en el turno de discursos. Durante toda la mañana había estado en el barrio de Tartessos, donde había visitado a los padres de Marta y el altar montado a las puertas del domicilio en la calle Argantonio. "Estaré siempre donde me necesiten las víctimas. Ahora, con la familia de Marta, que es ejemplar. Tenemos indignación, rabia, pero no sentimos venganza. Pedimos sólo una Justicia que no vemos. Pido la cadena perpetua, para que los responsables se pudran en la cárcel", aseguró María del Mar Bermúdez.

Versos y dolor. A lo largo de la concentración se leyeron varios poemas dedicados a Marta y que tenían como eje el río Guadalquivir, donde el asesino confeso asegura que arrojó su cuerpo. Uno de ellos vino de la mano de sus amigos, de sus compañeros de clase: "Nunca volveremos a ver su casa, su sonrisa [...]Para que casos como el suyo no se repitan, hay que cambiar las leyes. Justicia para que no vuelva a ocurrir en nuestros barrios".

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