La Sala Fli, que cumpliría el próximo 30 de octubre tres años de intensa vida cultural en el Polígono Hytasa, no podrá celebrar su aniversario . Este espacio cultural de gestión privada, puesto en marcha por la compañía sevillana Los Ulen en honor de Friedhelm Grübe (Fli), actor clown, autor y director en torno al que se fundó esta agrupación que suma ya un cuarto de siglo, no levantará el telón este mes. La intención de sus promotores era regresar tras el verano con la reposición de la exitosa obra Estrella Sublime. Sin embargo, los impagos de las administraciones públicas hacen imposible que pueda mantener la actividad.
Pepe Quero, uno de los miembros de la compañía, es tajante: "Hasta que no nos paguen todo lo que nos deben no volveremos a pensar en abrir. No sabemos si será enero, febrero o cuándo, pero hoy por hoy es imposible seguir funcionando".
Esta dramática situación viene de largo. En la actualidad la deuda asciende a unos 70.000 euros, impagados en su mayoría por la Junta, el Ayuntamiento y el Ministerio de Educación y Cultura. No obstante, hace un año esta cifra se elevaba a 220.000 euros, lo que ha venido lastrando el funcionamiento de la sala, de la que además son propietarios, lo que eleva los costes de mantenimiento.
"Son deudas con el teatro y con la compañía. No podemos arriesgarnos a someter a nuestros trabajadores a ese vértigo, porque aunque no cobremos, tenemos que pagar el IVA, el IRPF y todos los impuestos, un suicidio si no ingresamos lo que nos deben", denuncia Quero en declaraciones a El Correo.
Dentro de los números rojos de las administraciones están varias subvenciones aún por cobrar de la Consejería de Cultura y del Consistorio. Cabe recordar que ambas administraciones, además de no pagar en plazo, han recortado sus ayudas en los últimos años, lo que dificulta aún más la situación de los espacios escénicos privados de la ciudad.
Incluidos en esos 70.000 euros también están varias actuaciones de Los Ulen que aún no han sido abonadas, algunas de ellas de otras comunidades autónomas.
En cuanto a la posibilidad de reabrir la sala, Quero descarta que se pueda producir a corto plazo: "Tampoco estaremos en el festival de teatro (feSt) -enero- si es preciso. Cuando paguen moveremos ficha. Esto es escandaloso".
El actor, que dirige Los Ulen junto a Maite Sandoval y Paco Tous, recuerda que todas las salas privadas están pasando duros momentos y no descarta nuevos cierres debido a los recortes de las administraciones y al incremento del IVA cultural del 8 al 21%.
A su juicio, esta subida impositiva aprobada por el Gobierno supone "un destrozo enorme y la aniquilación" de muchos teatros. Además, el actor percibe cierto "desprecio y revancha" hacia el sector cultural en esta medida: "La subida de 13 puntos son 13 puñaladas".
Tampoco se libra de sus críticas la Junta de Andalucía, a la que acusa de "no estar haciendo bien las cosas". En concreto, lamentó la cancelación unilateral de los circuitos andaluces de teatro, que han supuesto la pérdida de unas diez funciones contratadas.
A esto se suma que la Red Nacional de Teatros sigue sin convocar su circuito estatal y que los ayuntamientos sevillanos están abandonando el circuito provincial, dependiente de la Diputación.
EL CERRO, DISTRITO CULTURAL EN VÍA MUERTA.
La Sala Fli nació al cobijo de una iniciativa del Ministerio de Cultura impulsada por el exdirector del Instituto Nacional de las Artes y la Música (Inaem), Juan Carlos Marset, que quería convertir esta zona industrial en un distrito cultural. Salvador Távora fue el primero en instalarse en el Polígono Hytasa en 2007 con el teatro de La Cuadra -que reabre tras el verano este 25 de octubre-. Dos años después echó a andar el espacio de Los Ulen con el objetivo de reactivar la vida cultural sevillana, especialmente entre los vecinos del Cerro del Águila.
Esta compañía convirtió una nave industrial que poseía en Hytasa en un espacio escénico con un aforo de entre 120 y 250 localidades, según la disposición de las butacas. Sólo esa adaptación costó 300.000 euros, que Los Ulen afrontaron en parte con el apoyo de las instituciones.
Para todo el proyecto el Ministerio de Cultura concedió 160.000 euros, mientras que el Ayuntamiento dio 65.000. Estas ayudas sólo suponusieron un 15% de la inversión total.
El pasado mes de marzo, las salas y teatros de gestión privada de la ciudad, reunidas en la Asociación Escenarios de Sevilla, protestaron enérgicamente tras conocer la rebaja que el Ayuntamiento pretendía realizar en las partidas destinadas a ayudas para sus actividades. Los recortes suponen un descenso de hasta un 75% en estas subvenciones para las salas de artes escénicas en 2012, que han pasado de los 300.000 euros en 2010 a los 50.000 euros este año, sin olvidar que en 2011 ni siquiera se convocaron.
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