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La silenciosa mutación en BBK Bank Cajasur

Las oficinas de la entidad andaluza abrieron ayer convertidas en sucursales de un banco vasco

el 03 ene 2011 / 21:04 h.

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Sede central de Cajasur en la capital cordobesa. Su sede social ya está en Bilbao.

En nada se notaba ayer que Cajasur ya no era Cajasur sino BBK Bank, es un día cualquiera para una de las oficinas de la antigua caja de ahorros, convertida ya en banco, en el barrio sevillano de Pino Montano, justo a la vera del Carrefour. Quienes se acercan a ella, en su mayoría jubilados que acuden a por la pensión del mes, dicen que sí, han oído campanas sobre esa conversión de caja en banco y de entidad andaluza en vasca, pero sentencian: "¿Corren peligro mis ahorros? ¿No? Pues aquí se quedan".

Todas las sucursales amanecieron como BBK Bank Cajasur, aunque ni siquiera en el nombre se notó pues la marca comercial Cajasur se mantendrá -por ahora- dada su penetración en la comunidad andaluza y, especialmente, en su provincia cordobesa. El resto de las oficinas en otras regiones posiblemente cambien de fisononomía a medio o largo plazo, apuntan fuentes financieras.

Éstas, asimismo, relatan que en la próxima reunión de FACA (Federación Andaluza de Cajas de Ahorros) se debatirá la lógica salida de Cajasur de esta asociación, puesto que ni es ya una caja de ahorros ni tiene su sede social en Andalucía, y ambas son exigencias para la entrada y permanencia, "según rezan sus estatutos". La organización presidida por Braulio Medel, también máximo ejecutivo de Unicaja, se quedará con tres cajas socias: la malagueña, la sevillana Cajasol y Caja Granada.

No cambian las formas, pero sí el contenido. No en vano, poco después de que la vasca BBK se adjudicara la cordobesa en la subasta abierta por el Banco de España -que la intervino en mayo pasado al estar casi en quiebra y ante su negativa a fusionarse con Unicaja-, "los directivos enviados [por la vizcaína] marcaron otro rumbo a la política comercial de Cajasur, al orientarse más hacia el cliente y volver a dar créditos", explica el director de una oficina especializada en el negocio de empresas. "Y la orden es dar hipotecas para así amarrar al cliente de por vida", agrega.

De hecho, ha lanzado una hipoteca al Euríbor+0,90% que se queda en un 0,45% al contratar una cesta de productos (seguro para el hogar, domiciliación de recibos, planes de pensiones, etcétera), siendo semestral su revisión, 35 años de amortización y con un tipo mínimo (suelo) del 1,9%. "Es de lo mejor que hay en el mercado", según asegura el directivo.

Pero la caja, asimismo, se ha sumado a la guerra que libra la banca española para captar pasivo (recursos o dinero líquido). Así, bonifica con un 3% los traspasos de fondos de pensiones (el límite, 3.000 euros) y otorga créditos sin interés (con máximo de 10.000 euros) para aportaciones adicionales a esta modalidad de financiera de previsión.

Es lógica tal reacción después de la huida de clientes a raíz de su crisis, la dilatada negociación con Unicaja -un año-, la intervención por parte del Banco de España y su adjudicación a una entidad vasca. Entre septiembre de 2009 y el mismo mes del año pasado, la cordobesa sufrió una sangría de 1.552,13 millones de euros en depósitos, el 11,36% del volumen total. Asimismo, perdió en los nueve primeros meses de 2010 más de 950 millones, siendo la cifra más abultada de la historia de las cajas.

No en vano, el agujero de Cajasur es más elevado del que la propia BBK esperaba, y se debe, especialmente, a la actualización de los activos en su poder, sobre todo inmobiliarios.

Es más, los medios del País Vasco informan de que BBK ha reactivado la negociación para fusionarse con la Kutxa y Vital -cajas también de esa comunidad- al constatar que la digestión de la cordobesa será más pesada de lo previsto. Pero las fuentes financieras creen, en cambio, que tiene holgados recursos -los test de solvencia a la banca le daban la mayor nota en España- como para que este bocado no se le indigeste.

Más capital, menos plantilla

La vasca BBK, accionista único de BBK Bank Cajasur, ha acordado ampliar en 800 millones de euros el capital social de esta entidad, hasta los 818 millones, a través de una emisión de acciones -cabe recordar que Cajasur ya no es una caja de ahorros y, por tanto, tiene accionistas e incluso puede repartir dividendos-.

La entidad vizcaína comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la composición del consejo de administración de BBK Bank Cajasur, que estará formado por diez miembros y presidirá José Carlos Plá, hasta ahora director general de la cordobesa nombrado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Los restantes miembros son Ignacio Sánchez-Asiaín, Alicia Vivanco, Francisco Javier García-Lurueña, Xabier de Irala, María del Carmen Gallastegui, Emiliano López, Juan José Arrieta, Ignacio Echeberria y Javier Ángel Guezuraga.

Por otra parte, en la agenda de la nueva entidad está el ajuste laboral, que se negocia con los sindicatos y que requiere ahorros de personal de 45 millones de euros anuales. 900 empleos, en el aire.

 

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