Economía

La UE afronta el refuerzo del fondo y el relevo del BCE

Las imposiciones de Alemania y la renuncia de Weber dificultan el debate.

el 13 feb 2011 / 19:26 h.

Elena Salgado, vicepresidenta económica, comparece tras una reciente reunión del Ecofín.

A los ministros de Economía de la UE se les acumula el trabajo. En su reunión de hoy tendrán encima de la mesa la discusión sobre el refuerzo del fondo de rescate europeo de 750.000 millones de euros para aquellos países que presentan problemas de deuda y también acerca del nuevo mecanismo permanente que lo sustituirá a partir de 2013.

Pero no será el único asunto delicado. La renuncia al cargo del candidato alemán, Axel Weber, que era favorito a asumir la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) para sustituir al francés Jean-Claude Trichet, ha abierto un nuevo escenario que los titulares deberán analizar.

Los países de la Eurozona examinarán, asimismo, la situación en Portugal después de que en los últimos días se haya vuelto a disparar su prima de riesgo y se haya agravado su crisis política con la presentación de una moción de censura contra el Gobierno en minoría de José Sócrates. De momento se descarta que sea necesario forzar un rescate por parte de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI), según fuentes europeas.

El Eurogrupo debe cumplir el mandato recibido por los líderes europeos en la cumbre del pasado 4 de febrero de completar los trabajos para reforzar el fondo de rescate. Ya hay prácticamente acuerdo para que el mecanismo pueda llegar a prestar efectivamente 750.000 millones de euros. En la actualidad, el tramo intergubernamental del fondo (440.000 millones) sólo puede ofrecer una financiación máxima de 250.000 millones porque necesita reservas para mantener la máxima calificación crediticia.

De lo que se trata es de aumentar las garantías para que se pueda llegar al máximo prometido.

También hay un amplio consenso para ampliar los usos preventivos del fondo, como las líneas de crédito o la compra de bonos, y evitar así tener que llegar al rescate. Y se estudia que pueda utilizarse para prestar dinero a países como Grecia o Irlanda para que recompren sus bonos.

Pese a que la Comisión había presionado para aprobar estas reformas ya en febrero y evitar así nuevas turbulencias en el mercado de deuda, Alemania ha retrasado el acuerdo hasta la cumbre del 24 y 25 de marzo. El motivo es que pretende imponer como contrapartida al resto de países de la Eurozona un Pacto de Competitividad para prevenir nuevas crisis.

Este Pacto no se discutirá oficialmente en la reunión de ministros de Economía, según las fuentes consultadas, porque los líderes europeos han encargado su concreción al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

Los ministros de Economía también avanzarán en los trabajos para diseñar el fondo permanente. Su principal novedad es que contemplará que los bancos privados contribuyan a futuros rescates asumiendo quitas a la deuda, aunque se hará caso por caso.

En la reunión estaba previsto designar al sustituto de la representante austriaca en el Comité Ejecutivo del BCE, Gertrude Tumpel-Gugerell, cuyo mandato expira el 31 de mayo.

De hecho, el candidato favorito es Peter Praet, director en el Banco de Bélgica. Sin embargo, con la renuncia de Weber, defensor acérrimo de la lucha contra la inflación, no se descarta que el nombramiento se retrase para formar un paquete con el nuevo presidente del BCE. La decisión sobre ambos cargos podría adoptarse también en la cumbre de marzo. Entre los candidatos para sustituir a Trichet destacan ahora el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi; el finlandés, Erkki Liikanen; o el director del fondo de rescate, el alemán Klaus Regling.

Finalmente, los ministros de Economía de la UE debatirán mañana el nuevo sistema de sanciones para los países con déficit y desequilibrios excesivos. El objetivo es alcanzar un acuerdo político en marzo para poder pactar con la Eurocámara antes de junio.

Las principales discrepancias son cómo considerar la deuda (criterio que molesta a países muy endeudados como Italia) y qué indicadores -como la formación de burbujas inmobiliarias- se usarán para castigar a los países que no corrijan sus problemas de competitividad.

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