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La Unesco premia al Museo del Genocidio del Jemer Rojo

El legado de la represión y las purgas que guarda el Museo del Genocidio de Tuol Sleng, el antiguo matadero del Jemer Rojo, es ya Memoria del Mundo declarada por la UNESCO para testimoniar una de las grandes atrocidades del siglo XX.

el 15 sep 2009 / 10:01 h.

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El legado de la represión y las purgas que guarda el Museo del Genocidio de Tuol Sleng, el antiguo matadero del Jemer Rojo, es ya Memoria del Mundo declarada por la UNESCO para testimoniar una de las grandes atrocidades del siglo XX.

Unos 12.000 documentos gráficos, entre negativos y fotografías de las víctimas del genocidio de Camboya, restos de miles de cadáveres, fosas comunes, más de 6.000 biografías de presos, 4.000 confesiones escritas y otras tantas incluidas en los 212 rollos de microfilmes, forman parte del fondo del museo.

El fondo también recoge libros de notas con observaciones hechas por los torturadores y guardias del centro, y más de 50 ejemplares de Bandera Revolucionaria, la revista oficial y única que se publicaba en la antigua Kampuchea Democrática. En el mismo inventario se incluyeron también las barras de hierro con las que se esposaba a los presos, calaveras de víctimas, diversos instrumentos de tortura y somieres electrificados, que se conservan en el mismo estado en el que fueron abandonados por los jemeres rojos.

Por el centro de detención y torturas, conocido en la época como S-21, pasaron, desde abril de 1975 a enero de 1979 más de 14.000 personas y sólo siete fueron encontradas con vida cuando los soldados vietnamitas descubrieron el centro de detención. Entre los sobrevivientes estuvo Vann Nath, el pintor que inmortalizó los horrores vividos en Tuol Sleng en varios cuadros que también forman parte de la colección catalogada por la UNESCO.

La declaración acordada en febrero en Canberra (Australia) por la organización de la ONU servirá para garantizar la conservación de los archivos y materiales que el museo custodia en sus precarias instalaciones. "Los documentos se van deteriorando porque donde los guardamos no tenemos una temperatura y humedad estables", explicó a el director del museo, Chey Sopheara, quien confía que con la ayuda de UNESCO se puedan rehabilitar los edificios del centro.

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