La ausencia de gobierno a escala de las áreas metropolitanas es una carencia a la hora de definir y aplicar estrategias de desarrollo económico competitivas y acciones de asociación. Es la conclusión a la que llega la Unión Europea, que apuesta por incluir en su agenda comunitaria a las metrópolis.
En la UE existen 50 áreas metropolitanas de más de un millón de habitantes, entre las que se encuentra la Gran Sevilla, y cuya importancia para el futuro es considerable tanto económica como demográfica, según plantea un dictamen del Comité Económico y Social Europeo.
No obstante, desde Bruselas se reconoce que entre las instituciones europeas no se ha profundizado hasta ahora en este tema y argumenta que los límites de las regiones político administrativas sólo coinciden en raras ocasiones con los geográficos de las áreas metropolitanas, incidiendo en la idea de la falta de un gobierno o autoridad propio en estas conurbaciones.
Sin embargo, apunta a "una tendencia innegable" a reconocer la necesidad de una gestión integrada de las mismas para el bienestar y prosperidad de los ciudadanos.
En este sentido, el citado documento hace hincapié en que la metrópolis, al contrario que la ciudad, no posee una institución política, por lo que la resolución de problemas se realiza mediante negociaciones múltiples entre los protagonistas. Es el caso de los consorcios de vivienda y transportes que se han creado en Sevilla para dar una solución a estas acciones territoriales.
También señala que la fragmentación espacial puede ralentizar y entorpecer las inversiones públicas y privadas, por lo que recomienda una política regional que concilie la gobernanza de las áreas metropolitanas con las dinámicas en curso. Esto sería "saludable" y como ejemplos positivos cita las áreas metropolitanas de Barcelona y Stuttgart, en las que destaca el importante papel que también desempeña la sociedad civil.
Igualmente, dada la relevancia que adquieren las conurbaciones aboga por un enfoque metropolitano de sus futuras políticas y por que su desarrollo económico, social y medioambiental figure permanentemente en la agenda comunitaria. Las define así como "territorios clave" ya que son los espacios principales para la formación, la investigación, la innovación, la tecnología y el fomento del espíritu empresarial. También son nudos básicos de comunicaciones y transporte.
