Vuelven los árboles adonde se ubicó el fallido proyecto de biblioteca en los Jardines del Prado, tumbado por la Justicia tras años de litigios. La Universidad de Sevilla ha procedido, tal y como acordó con el Ayuntamiento después de que lo ordenase el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), al trasplante de los primeros árboles de gran porte, para que el espacio recupere el estado que tenía antes de que comenzara a construirse el fallido complejo dibujado por la arquitecta Zaha Hadid para la Biblioteca Central de la Universidad de Sevilla. El resto de los árboles será trasplantado en otoño.
Las obras se iniciaron en agosto de 2008 y fueron paralizadas once meses después por un auto del TSJA, a instancia de las comunidades de vecinos de la calle Diego de Riaño, que habían comenzado su batalla judicial desde que tuvieron las primera noticias sobre los planes de la Hispalense.
El tribunal admitía a mediados de 2009 que la modificación del PGOU que había hecho el Ayuntamiento para permitir que se construyese en El Prado no estaba lo bastante motivada para terminar con el único pulmón verde que quedaba en el entorno, motivo por el que el parque había recibido una protección especial de la Junta en los años 1987 y 1994. La paralización de la obra, en previsión de daños irreparables, puso en sobreaviso al Consistorio, que hizo firmar a la Universidad un acuerdo que lo eximía de cualquier responsabilidad económica si la obra se paralizaba definitivamente, como así fue.
Un año después el Tribunal Supremo admitía los recursos del Ayuntamiento y la Universidad, aunque no autorizaba que continuasen los trabajos. Finalmente, en junio de 2012 el Supremo ratificaba la ilegalidad de la obra y ordenaba derribar lo que se había construido hasta el momento, haciendo añicos la potente imagen que la Hispalense había planeado para el Prado, el característico edificio repleto de aristas y ángulos tan identificable con la arquitectura de Hadid.
Hispalense y Consistorio acordaron entonces el derribo, que duró varios meses y costó en torno a dos millones de euros, y posterior repoblación del parque, algunos de cuyos árboles habían sido trasplantados en unas instalaciones universitarias del barrio de Los Bermejales.
Hispalense y Consistorio se han reunido de forma periódica para definir los detalles del proyecto, que eliminará los setos de matorral que existían antes del derribo porque daban oscuridad a la zona, para apostar por otros que aporten más luz y abran el parque hacia su entorno.
Por su parte, la Universidad ha iniciado ya la construcción de su nueva biblioteca central en la avenida de Eritaña
