Nos cuenta Consuelo Fernández que a ella y a su socio les pareció bien mantener el nombre anterior del negocio, Almazara, cuando se hicieron cargo del mismo en septiembre de 2012, gustaban de la palabra y del sabor fundamental de este ingrediente secular de nuestra cocina y uno de los símbolos de la dieta mediterránea, el aceite de oliva, aquí es base de sus desayunos, que llenan el bar de público y de las preparaciones de cocina, un aceite de la campiña sevillana.
El local coge una buena esquina en los jardines de Condes de Bustillo, eso le permite tener una amplia esquina y sitio en el interior, con gran barra, bastantes mesas y, un salón más vestido al fondo, donde también se organizan celebraciones. El estilo decorativo no es que sea muy cosmopolita, pero si responde a una cocina de gran arraigo familiar, tonos verdes, maderas y azulejería, conforman un local que es a Sevilla lo que los pequeños bistrós a París, o sea, hostelería honesta de buenos productos y esmerada elaboración. Y es llegado este punto donde hemos de resaltar la buena mano de Consuelo en la cocina, habiendo pasado algún local de cocina de vanguardia nos declara su amor por la cocina tradicional y, en particular, su gusto por el pescado, y algo que debemos remarcar porque lo hemos echado de menos en muchos sitios donde hemos aterrizado últimamente, su buen criterio a la hora de sazonar los platos, punto éste decisivo para un buen cocinero. Lo demuestra en su atún escabechado (3,50/8 euros) de verdad, un plato que no deben perderse, un suave escabeche que resalta el sabor de un atún jugoso, acompañado de cebolla en tiras y zanahorias con su justo punto de vinagreta, un plato que resulta fresco y ligero. No desmerecen tampoco sus croquetas de jamón ((2,50/7 euros) con una bechamel consistente y también de equilibrado sabor. Simpática la presentación de las habitas baby con langostinos (3/7 euros) en una colorista cazuelita de cerámica, pero lo importante está dentro, unas pequeñitas y tiernas habas que conjugan bien con los langostinos, aromatizadas con unas ramitas de hierbabuena, como en los demás platos, se nota el uso de buen aceite de oliva. Finalizamos con una carrillada de cerdo al Pedro Ximénez (3/9 euros), tierna y jugosa, con una salsa espesa muy rica y, sin desmerecer la carne, que nos pareció correcta, con las mejores patatas fritas que hemos probado en los últimos tiempos, cortadas a cuchillo y fritas en un aceite limpio y de calidad, un lujazo.
Para acompañar un muy correcto Azpilicueta Crianza 2010, un Rioja clásico en una carta corta pero con buenas marcas, como los riberas Carmelo Rodero y Carramimbre o el blanco de Rueda K-naia, a destacar también el servicio en copas Schott Zwisel.
Además de la carta, variada y de precios comedidos por cierto, hay un menú diario a 8 euros que se sirve de lunes a viernes y propuestas diarias como guisos y pescados, éstos, fritos al modo sevillano, se ofrecen de jueves en adelante, para un consumo de producto fresco y recién llegado. Los postres también son caseros, elaborados por esta cocinera autodidacta, que estuvo 18 años en La Estación, descubierta por nuestro compañero Fernando Huidobro la llevó a La Mojigata, pero la cocina juego de artificio no era lo suyo, ella quería su cocina, su buena materia prima y sus elaboraciones tradicionales y lo está consiguiendo en Nueva Almazara, junto a su amigo y socio Enrique que lleva la sala y los papeles del tinglado, importantísima faceta que hace fracasar a no pocos negocios. Aquí parece que las cosas están claras y el barco marcha a buen rumbo.
Pensamos volver pronto para probar su rollitos mozárabes (3/8 euros), su menudo de ternera (2,50/4 euros), su pisto con huevo (2,50/6 euros), su milhoja de solomillo y queso (3/7 euros) o, cuando vaya apretando el calor, un salmorejo.
Ficha: Propietarios: Consuelo Fernández y Enrique Mariño.
Dirección. Residencial Condes de Bustillo, 10. Avda. Eduardo Dato esquina San Francisco Javier. Sevilla. 954 650 296
Horario. De 07:00 a noche. No cierra ningún día.
