Correrán "rías de tinto", desde luego, y nadaré en sus corrientes con mis simpatías cerca de la Ministra y no de la RAE. Afortunadamente, las palabras nacen, viven y mueren sin que les importe un pito la amojamada existencia del Diccionario. Ahora bien, creo que doña Bibiana se ha liado en la red de significados que el propio hombre ha tejido, en palabras de Weber, y haría bien en salirse, una vez comprobado que el jardín no es de rosas sino de capullos. Así y todo, creo en la arbitrariedad lingüística con Saussure y Strauss y no en la conspiración machista de las lenguas, es probable incluso que el matriarcado dominase en el albor de la expresión sonora. Ya hubo pioneras, lideradas por la Rubiales, que intentaron en Andalucía adaptar la letra del himno- y hasta el padrenuestro- como si contra lo que luchan fuera una cuestión de lengua.
Un poner: el imaginario dominante retrata a Dios como un anciano con canas con un triángulo detrás, figura geométrica trinitaria que carece de la paridad debida; encima se le ocurre enviarnos a su único hijo- no tiene hijas- y éste, para despedirse de su estancia en la tierra, organiza una cena, sin paridad ni cremallera, por mucho que Brown vea a su señora al lado. Su sucesor en este mundo siempre fue un Papa, cuando no lo fue se llamó Papisa, no Mama, y su reinado nunca fue un Mamado sino Papado. Es que esto empezó así de mal y poco remedio hay, aunque algunas alegrías. La virgen María es la que más se aparece, y porque quiere, según sus exegetas; diría que tiene el monopolio en detrimento de su marido José, el carpintero, que ni se asoma. Estará viendo la Eurocopa y Wimbledon.
Licenciado en Derecho y Antropología
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