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Las Coreas juegan a la guerra

Pyongyang amenaza con una «guerra santa» ante las maniobras de Seúl.

el 23 dic 2010 / 20:15 h.

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Un tanque K-1 surcoreano participa en unos ejercicios militares con fuego real.
Corea del Sur efectuó ayer unas intensas maniobras con fuego real cerca de la frontera con el Norte en una nueva demostración de fuerza ante Pyongyang, que respondió con la amenaza de una "guerra santa" en caso de ser atacada.


Los ejercicios militares tuvieron lugar al cumplirse un mes del ataque norcoreano que dejó cuatro muertos en la isla surcoreana de Yeonpyeong, uno de los sucesos más graves entre las dos Coreas desde el fin de la guerra que las enfrentó hace sesenta años. Cerca de 800 soldados del Ejército y las Fuerzas Aéreas participaron en las maniobras, que incluyeron pruebas con más de 100 tipos de armas pesadas, entre ellas misiles anti-tanque, cañones autopropulsados y aviones y helicópteros de combate.


Fue el mayor despliegue en términos armamentísticos realizado hasta la fecha en la zona de Pocheon, a unos 20 kilómetros de la militarizada frontera con Corea del Norte, y se produjo tres días después de otras polémicas maniobras en el Mar Amarillo (Mar Occidental).

Poco después de que las operaciones en Pocheon concluyeran, Corea del Norte advirtió de que está preparada para una "guerra santa" con su poder de "disuasión nuclear" en caso de que Corea del Sur viole un solo milímetro de su territorio. En declaraciones difundidas por la agencia oficial norcoreana, KCNA, el ministro de las Fuerzas Armadas Populares del país comunista, Kim Young-chun, acusó además al Sur de llevar "deliberadamente" la situación "al borde de la guerra" y advirtió de duras represalias "en caso necesario".


El régimen norcoreano ya ha lanzado amenazas en términos similares en ocasiones anteriores, como cuando Corea del Sur y EEUU realizaron maniobras conjuntas el pasado verano. Además, la semana pasada advirtió de que respondería con un ataque si Corea del Sur efectuaba ejercicios militares en la inestable frontera del Mar Amarillo (Mar Occidental), algo que Seúl hizo pese a todo el pasado lunes.


Tras esas maniobras, sin embargo, el régimen de Pyongyang dijo que las consideraba "una provocación militar imprudente" que no merecía respuesta. Estados Unidos, principal socio de seguridad de Corea del Sur, destacó anoche la "naturaleza defensiva" de las maniobras de ayer y señaló fueron anunciadas con antelación, por lo que insistió en que de ninguna manera deben provocar una respuesta norcoreana. Los ejercicios militares coincidieron además con otros que Seúl lleva a cabo desde el miércoles y hasta el viernes en aguas de su costa oriental, a unos 100 kilómetros al sur de la frontera marítima, con buques de guerra y helicópteros antisubmarino.


Con esta exhibición de poderío militar Corea del Sur busca, según los analistas, demostrar que está determinado a responder de inmediato a una provocación del régimen de Pyong-yang, después del inesperado ataque del 23 de noviembre contra la isla de Yeonpyeong.
Ese suceso hizo que el Gobierno del conservador Lee Myung-bak endureciera su política defensiva y desplegara nuevos efectivos y armamento en las islas cercanas a la frontera con Corea del Norte.

Ayer, el presidente surcoreano hizo una rara e inesperada visita a una unidad del Ejército de Corea del Sur en la región de Yanggu, próxima a la zona desmilitarizada que desde 1953 divide a las dos Coreas, y aseguró que solo la contundencia logrará que el régimen de Pyongyang cese definitivamente en sus "provocaciones".

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